Orígen de la Biblioteca

El origen de la biblioteca es tan antiguo como el de la propia escritura. A medida que el ser humano vio la necesidad de dejar constancia documental de las cosas, también comprendió la importancia de guardar esos documentos para la posteridad.

La palabra biblioteca proviene de las griegas biblion (libro) y thekes (caja). Pero no fue el antiguo pueblo heleno quien creó estos maravillosos templos de la cultura y el saber, sino que debemos remontarnos aún más atrás, concretamente casi tres mil años. Por tanto, si quieres conocer el origen de la biblioteca, te invitamos a seguir leyendo.

El origen de la biblioteca: vinculado a los templos

Hasta donde sabemos, la escritura nació en la fructífera Mesopotamia, que, a grandes rasgos, ocupaba lo que hoy son territorios de Irak y Siria. Corría el cuarto milenio antes de Cristo y era de tipo pictográfico, es decir, que representaba objetos mediante iconos dibujados. Por todo lo que te hemos dicho, no te será difícil deducir que también la biblioteca nació allí en esos momentos.

Mesopotamia, las primeras bibliotecas

Como sucedió en otras épocas, por ejemplo en la Edad Media, los templos y monasterios eran lugares de culto, pero también de conservación del saber. Fueron los religiosos  quienes primero usaron la escritura para anotar hechos ligados a su actividad, pero también otros aspectos de tipo económico y administrativo relativos a su vida comunitaria.

Y también los primeros que empezaron a guardar esos documentos. Por tanto, las primeras bibliotecas estaban dedicadas a archivar esos textos. Es decir, serían más archivos que bibliotecas. Aquellos primitivos escribas lo hacían en tablillas de barro, gracias a lo cual se conservaban mejor. Entre aquellas primeras bibliotecas se encontraban las de ciudades como Mari, Lagash y Ebla, así como la de Asurbanipal.

Escritura de Mesopotamia

Escritura cuneiforme de Mesopotamia

Este monarca asirio fue un gran mecenas de las artes y las letras. Y también el creador de la Biblioteca de Nínive, quizá la primera de la historia similar a las que conocemos hoy. Porque en ella no solo se guardaban documentos, sino también otros textos de carácter literario. Por ejemplo, conservaba versiones muy completas del ‘Poema de Gilgamesh’. Se trata de la composición épica más antigua que se conoce y trata sobre las aventuras del rey homónimo, monarca de la ciudad sumeria de Uruk.

El caso es que el culto Asurbanipal se propuso albergar en la Biblioteca de Nínive todos los textos escritos del mundo conocido en su tiempo. Por tanto, fue la primera casa de libros de la historia. Pero, como comprenderás, todas estas afirmaciones se basan en los restos arqueológicos que han ido encontrándose. Porque también egipcios y griegos tuvieron bibliotecas.

Las bibliotecas del Antiguo Egipto

Por tanto, parece que el origen de la biblioteca estuvo en Mesopotamia. Pero, como te acabamos de decir, los egipcios igualmente tuvieron las suyas y, sobre todo realizaron sus aportaciones al mundo de la palabra escrita.

Para empezar, adoptaron el papiro para redactar sus documentos y, cuando estos eran muy largos, se servían de rollos. Además, modernizaron la escritura e incluso tuvieron una suerte de primitiva taquigrafía. Era la llamada escritura hierática, en la cual representaban palabras mediante signos o jeroglíficos. Pero te interesará más saber que en el Antiguo Egipto había dos clases de centros bibliotecarios.

Las casas de libros

Podríamos decirte que eran el equivalente a las primeras bibliotecas de Mesopotamia. Porque se trataba de lugares donde archivaban los documentos de tipo administrativo. Por ejemplo, cuentas del estado o de instituciones oficiales.

Un papiro egipcio

Papiro egipcio

Las casas de la vida

Estos lugares venían a ser las escuelas del Antiguo Egipto, donde los más jóvenes recibían enseñanza. Pero también poseían colecciones de escritos que los alumnos podían copiar, tal como harían más tarde por ejemplo los monjes medievales.

La Antigua Grecia, vital en el origen de la biblioteca moderna

También los antiguos griegos tuvieron sus bibliotecas. De hecho, dieron un gran impulso a este tipo de centros. Como la escritura griega ya era alfabética, se generalizó mucho su conocimiento y, con este, el acceso a la lectura y a los libros.

Respecto a las bibliotecas, podríamos decirte que, a grandes rasgos, ya eran como las que hoy conocemos. No estaban vinculadas a centros religiosos ni a organismos oficiales. Por vez primera, eran instituciones independientes. Además, los cultos griegos, como ya hiciera el asirio Asurbanipal, se propusieron albergar en sus bibliotecas todo el saber de su tiempo. Y algunas de sus casas de libros han pasado a la historia por su esplendor y riqueza de volúmenes.

La Biblioteca de Alejandría

Es el caso de la famosa Biblioteca de Alejandría, creada en el siglo III antes de Cristo y que fue una de las más importantes de la Antigüedad. Como sabrás, Alejandría se halla en Egipto, pero la creación de su biblioteca fue debida a los griegos cuando, tras la conquista de Alejandro Magno, dominaron la tierra de los faraones.

Esta biblioteca se hallaba integrada en el llamado Museion, un centro cultural dedicado a las musas donde existía todo lo necesario para que vivieran los más grandes escritores y científicos del mundo antiguo. En un principio, albergó los textos en rollos de papiro, pero más adelante ya incorporaba códices y se estima que llegó a contar con casi medio millón de obras archivadas.

Pérgamo

Ruinas de Pérgamo

Se cree que desapareció a causa de un pavoroso incendio. Y, efectivamente, este se produjo, pero hoy tiende a pensarse que la Biblioteca de Alejandría fue decayendo en el tiempo hasta ser cerrada.

La Biblioteca de Pérgamo

La otra gran casa del libro del mundo griego fue la Biblioteca de Pérgamo, cerca de la costa del mar Egeo. También se creó en la segunda mitad del siglo III antes de Cristo. Su fundador fue el rey Atalo I, un gran coleccionista de arte y de libros. Pero sería su hijo, Euménides II, quien le daría el esplendor del que llegó a gozar.

En su etapa más próspera, contaba con unos trescientos mil volúmenes, preferentemente filosóficos y muy vinculados al estoicismo. A diferencia de la anterior, guardaba sus ejemplares en papiros, un material así llamado, justamente, porque fue inventado en Pérgamo. Y, según el escritor romano Plinio el Viejo, en esta biblioteca se albergaron como un tesoro para la posteridad las obras de Aristóteles.

Se cree que esta biblioteca desapareció, precisamente, cuando ocurrió el incendio de la de Alejandría. Porque los gobernantes decidieron enviar a esta última los volúmenes de la primera.

Roma, la primera biblioteca pública

Los romanos copiaron de Grecia muchas cosas, también las bibliotecas. Sin embargo, son los responsables de la popularización de estos centros. Porque el escritor y político Cayo Asinio Polión creó la primera biblioteca pública de la historia en el siglo I antes de Cristo.

La abadía de Monte Casino

Abadía de Monte Casino

Además, también el Imperio Romano contó con grandes casas de libros. Entre ellas, las bibliotecas Palatina y Octaviana, debidas a Augusto, y la Biblioteca Ulpia del emperador Trajano. Todas ellas tenían dos secciones: la de los textos en griego y la de las obras en latín.

La Edad Media: el retroceso de las bibliotecas

Con la caída del Imperio Romano, se produjo una terrible decadencia cultural, hasta el punto de que el saber se refugió en los monasterios. Por tanto, estos centros fueron los únicos que tuvieron bibliotecas, algunas tan importantes como las de Reichenau, Monte Casino o San Millán de la Cogolla, esta última en España.

De este modo, los monasterios se convirtieron en salvaguarda del patrimonio cultural de la humanidad. Conservaron y copiaron los textos para la posteridad. Gracias a ello, en los últimos siglos del Medievo, con la aparición de las universidades, todas estas obras se conocieron y pudieron volver a guardarse en sus nuevas casas de libros. Pero, con ello, llegamos al mundo moderno y este ya no es objeto de un artículo sobre el origen de la biblioteca.


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  1.   luisa fernada dijo

    muuy interesante por q lo nesesito para un talleer

  2.   luisa fernada dijo

    no mentiras odio el estudio nesito al quien q me cuide aaal, 2758845

  3.   Pilar dijo

    Hola me llamo Pilar y he visitado Atenas y el Peloponeso durante este mes de Septiembre de 2015 y ha sido muy interesante. Los Museos de Olimpia y Delfos son una joya. Sobre todo el Museo de Delfos me ha parecido espectacular. Nuestro guía (Miguel), nos explicó lo más sobresaliente, como El Auriga, Los Gemelos de Argos, La Esfinge de Naxos, La Estatua de Antinoo , etc … desde luego todo era fiel reflejo de la historia de Grecia; me ha encantado para volver de nuevo.