Samuel de Champlain fue un importante hombre en la historia de Canadá porque fue el encargado de fundar la ciudad de Québec en el año 1608, razón por la cual se lo conoce como el “Padre de la Nueva Francia”. Se trata de un navegante, cartógrafo, dibujante, soldado, explorador, geógrafo, etnógrafo, diplomático y cronista nacido en un pequeño pueblo de Francia, llamado Brouage.
A principios del siglo XVII, el Rey Enrique IV de Francia nombró a Champlain como el hidrógrafo real de la corona francesa. Al poco tiempo de esto, Champlain se encargaba de encontrar un territorio adecuado para poder establecer un centro de comercio. Finalmente y tras varios años de exploración del territorio, dispuso sus asentamientos en la Acadia, conocida actualmente como Nueva Escocia.
El 3 de julio de 1608, Champlain llegó a la “punta de Québec” y se dispuso a erigir algunos edificios de madera de dos pisos de altura cada uno, además de un puesto de comercio a lo largo del río San Lorenzo. Estas construcciones se constituyeron como el primer indicio de una colonia francesa y de esta manera comenzó la ciudad de Québec que se conoce actualmente.
A partir de ese entonces, el francés se encargó de cultivar la tierra y potenciar al máximo los recursos naturales del lugar, que con el tiempo se convirtió en la actual ciudad de Québec, sitio en donde murió Champlain la navidad de 1635.
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