Si hay un producto que rivaliza con el cultivo de tulipanes en Holanda es la producción de quesos. A la mayoría de nosotros nos resultan familiares los quesos holandeses, en especial el Gouda y Edam, incluso aunque no los hayas comido nunca.
Tanto el Gouda como el Edam son quesos suaves y de grano duro, y se llaman como las ciudades en las que se fabricaban originariamente y desde las que se comercializaban.
Pero hay otros tipos de quesos, y aquí te presentamos algunos:
- Maasdammer, tiene un delicado sabor a nuez, grandes agujeros y su forma es convexa.
- El Boerenkaas, un queso artesano elaborado con leche cruda. Por ley, al menos un 50% de la leche utilizada debe proceder de las vacas de la granja donde se elabora, y el resto de un máximo de otras dos granjas.
- Queso de cabra holandés que puede ser de dos tipos: fresco y de pasta blanda, o semiduro y curado, con un sabor parecido al Gouda. Es de un color pálido, algo ácido y de textura fundente.
- Queso ahumado, reconozco que es uno de mis favoritos, este tipo de queso se elabora, se funde, y luego se ahúma y después de esto se moldea en forma cilíndrica y se vende en lonchas.
- Queso frisón al clavo. También de grano duro, seco y de sabor ácido. Elaborado con leche desnatada, cominos y clavo.
Y estas son sólo algunas pinceladas de los quesos que vas a encontrar recorriendo el país.