8 ciudades coloridas de Latinoamérica

En algunas ciudades coloniales los cañones continúan dormidos en viejas fortalezas y el color de las paredes resalta un pedazo de la historia en ocasiones algo más oscuro. En sus calles aún se escuchan susurros y de los balcones cuelga una naturaleza convertida en principal testigo de la memoria de estas 8 ciudades coloniales de Latinoamérica llenas de historia y color que están esperándote.

Trinidad (Cuba)

Calles de Trinidad. ©AlbertoPiernas

Aunque La Habana sea el mejor escaparate de esa Cuba vibrante e histórica, Trinidad, antiguo epicentro azucarero situado al sur de  la isla más famosa del Caribe, reúne todos los colores de Latinoamérica entre casas en tonos pastel, terrazas de las que sobresalen palmeras y calles en las que los vecinos juegan al dominó. Como telón de fondo, la imponente iglesia de su Plaza Mayor vigila un casco histórico designado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Una ciudad para recorrer, fotografiar e inspirar una historia congelada en el tiempo.

Guanajuato (México)

Más cervantina que la propia España gracias a un festival internacional en honor al autor del Quijote reconocido por la Unesco, «la ciudad de la paja», como la conocían los aztecas, yace en el estado homónimo del corazón de México aderezada de esa magia, encanto y color que empaña la Basílica Colegiala, sus mercados bohemios o sus teatros de influencia griega. Todo un deleite para los sentidos en la que es una de las ciudades más culturales de Latinoamérica.

Granada (Nicaragua)

Emergente como meca del turismo ecológico en América Central, la ciudad de Granada supera estéticamente a la propia capital del país, Managua, gracias a unos colores que inundan su casco antiguo, la Catedral o un Parque Central repleto de tenderetes animados. Asomada al lago Cocibolca, la ciudad colonial más antigua de Nicaragua se confirma como una de las más bellas de América Latina y perfecto punto de partida a la hora de adentrarse en rutas por los volcanes e islas fluviales de su desconocida geografía.

Cartagena de Indias (Colombia)

Cartagena continúa siendo la imagen más idealizada de esa Colombia colorida, literaria y llena de fusión. Al otro lado de las murallas que protegen el casco histórico, las palenqueras agitan sus curvas cargando cestos de fruta en la cabeza, los hostales rebosan jardines exóticos en sus patios, el sonido de una cumbia envuelve viejas iglesias y los balcones y casas de colores que inspirasen El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez se convierten en el principal orgullo de la ciudad. Colombia es, posiblemente, uno de los paises más coloridos de Latinoamérica, desde los zócalos de los pueblos de Antioquía hasta el púrpura de la famosa Catedral de la Sal, pasando por la que es una ciudades más idealizadas del continente.

Olinda (Brasil)

La ciudad colonial mejor preservada del gigante carioca y una de las más antiguas de Brasil bebe de la influencia portuguesa también presente en otros lugares del mundo como Goa, en la India, o Macao, en China. En el caso de la ciudad más grande del estado de Pernambuco, las calles del centro histórico que enamorase a la Unesco luce cientos de colores, motivos pictóricos y muestras de arte urbano cuya intensidad adquiere un mayor embrujo cuando el carnaval se despliega por sus calles junto a los famosos «bonecos gigantes» de Olinda, la versión exótica de nuestros cabezudos.

Trujillo (Perú)

En una esquina alguien toca la típica quena incaica, símbolo de que nos acercamos hacia Los Andes a través de la región de La Libertad y la ciudad más histórica de la costa norte de Perú. Trujillo encuentra en su Plaza de Armas y la amarilla Basílica de Santa María a las mejores exponentes del pasado colonial de esta ciudad fundada por Francisco Pizarro en 1535. Entre las calles del casco histórico no faltan casas con celosías, macetas y colores que simbolizan el encanto de esta ciudad en cuyas afueras también encontramos Chan Chan, la mayor ciudad de barro de América Latina.

Valparaíso (Chile)

La ciudad de Pablo Neruda es uno de los mayores orgullos del país chileno desde que la construcción del Estrecho de Magallanes la convirtiese en uno de los epicentros pesqueros más importantes de la costa pacífica de Sudamérica. Décadas después, las casas de colores en las que los pescadores vertieron la pintura sobrante de las chapas de sus barcos relucen entre los 42 cerros entre los que, a su vez, se cuelan escaleras de colores y algunas de las muestras de arte urbano más asombrosas de todo el continente.

La Boca (Argentina)

Vale, puede que el barrio de La Boca, en la capital argentina, no sea una ciudad en sí misma, pero quizás sea su carisma o sus colores lo que muchas veces la convierte en un lugar completamente diferente dentro de la propia Buenos Aires. Barrio de tangos, futbolistas (el estadio de La Bombonera tiene gran culpa de ello) y color, La Boca fue un lugar estratégico durante la llegada de olas de inmigrantes italianos que se instalaron en Caminito, callejón mítico de la zona, forrando las casas con las chapas coloridas de los barcos.

Estas 8 ciudades coloridas de Latinoamérica se convierten en los mejores escaparates de esa cultura vibrante, exótica y artística que el sur del continente americano evoca como ninguna otra.

¿Con cuál de estas ciudades te quedas?


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