Una de las muchas construcciones que podemos encontrar en Atenas
Atenas ha sido históricamente una importante urbe y hoy, capital de Grecia, a pesar de que no tiene la importancia que tuvo antaño, puede presumir de haber cambiado el mundo, algo que siempre ha enorgullecido al pueblo griego, pero… ¿Qué debemos agradecer a esta ciudad? Los amantes de la historia conocerán muchas cosas, pero aquellas personas profanas en la materia seguro que no conocerán completamente muchas de las cosas que ha brindado esta ciudad para todo el mundo.
Una de las cosas que debemos agradecer a esta ciudad, porque se inventó allí, fue la democracia. Fue originada alrededor del año 500 a.C, cuando la ciudad contaba con unos 30.000 habitantes y el gobierno que predominaba era el que los griegos llamaban como “Gobierno del pueblo” o democracia tal como se conoce actualmente. Esto permitía la capacidad de tener libertad para expresarse en público.
También debemos agradecerle las obras públicas,, donde los atenienses fueron los primeros en llevar agua a su ciudad mediante un acueducto subterráneo y que permitía distribuir el agua por toda la ciudad usando tuberías de terracota. Fueron proyectos de obras públicas de gran importancia y que colaboraron notablemente con el crecimiento de la ciudad y de lo que muchas otras grandes urbes fueron adquiriendo sus conocimientos.
Otra de las cosas que se deben a los atenienses fue la arquitectura, algo que era inexistente en el país hasta el siglo VII a.C, pero desde ese momento se comenzaron a construir estructuras públicas, algunas de ellas ya barridas por el tiempo y la acción del hombre y otras de las que únicamente quedan las ruinas en la actualidad.
Madera, piedra caliza, terracota, bronce, mármol y ladrillos de arcilla eran los materiales más comunes para construir y los arquitectos de aquellos años erigieron cinco clases de edificaciones diferentes: religiosas, cívicas, nacionales, funerarias y de recreo, extendiéndose rápidamente estas construcciones por toda la ciudad y todo el país desde el siglo VI a.C.