10 lugares del mundo que debes ver antes de morir

Solo vivimos una vez, y por si fuera poco nuestra existencia suele transcurrir siempre más rápida de lo que nos gustaría. Y mientras el tiempo se consume, el mundo sigue girando pero muchos siguen sin lanzarse  a la aventura, sin atreverse a apreciar un mundo cuyos contrastes, formas y colores todos deberíamos conocer. Estos 10 lugares del mundo que debes ver antes de morir se convierten en la mejor inyección de motivación viajera.

Petra (Jordania)

En Jordania existe un desfiladero llamado el Siq cuyas estrechas paredes dejan entrever los vestigios del secreto mejor guardado de los nabateos, una etnia que, influenciada por las rutas comerciales de Occidente y su arte para esculpir en la roca, dieron como resultado El Tesoro, piedra angular de la ciudad rosa de Petra que todavía continúa siendo uno de los mayores orgullos arquitectónicos de Oriente Medio. Imprescindible.

Taj Mahal (India)

Taj Mahal

En 1631, el príncipe Shah Jahan mandó a construir el mausoleo más bonito del mundo en honor de su esposa, Mumtaz Mahal, quien falleció tras dar a luz a su decimocuarto hijo. El resultado fue el Taj Mahal, estampa insignia de la India y joya arquitectónica de influencias indias, mogolas y árabes que reposa a orillas del río Yamuna, en la ciudad de Agra. Uno de esos lugares que debes visitar especialmente al atardecer, cuando el Taj se torna la quinta esencia de esa India exótica casi mística con la que todos soñamos alguna vez.

Templos de Angkor (Camboya)

Elegido recientemente como el destino turístico más impresionante del mundo por Lonely Planet, los templos de Angkor, en Camboya, deleitan al visitante con su perfecta definición de la eterna lucha entre el hombre y la naturaleza. Así lo confirma los enormes árboles que brotan de sus tejados, los monjes budistas de túnicas naranjas camuflados entre los pórticos de piedra, o la afición del antiguo imperio jemer a esculpir devas  y demás figuras místicas del hinduismo y el budismo durante su reinado (siglo IX – XV).

La Gran Muralla China

La Gran Muralla China es una de las pocas construcciones humanas visibles desde el espacio; todo un hito forjado por sus 21.196 kilómetro de extensión desde el desierto del Gobi hasta el río Yalu, en la frontera con Corea. Erigida hace 1500 años para defenderse de las tribus nómadas de Manchuria y Mongolia que asediaban a las tropas del imperio, esta serpiente de piedra abrazada a los contrastes de China es la más gloriosa de las muchas sorpresas que reserva el gigante oriental al visitante.

Gran Barrera de Coral (Australia)

Con más de 2.600 kilómetros salpicando la costa este de Australia, la Gran Barrera de Cora no solo es el único ecosistema marino visible desde el espacio, sino que alberga en sus aguas hasta 1800 especies de peces tropicales, 1000 islas y 2000 arrecifes . Por desgracia, la morada de Nemo y Dory lleva viéndose amenazada desde hace años debido a la pesca ilegal, el vertido de residuos o la presencia de la estrella de mar corona de espinas, un habitante cuyo alimento favorito es, precisamente, el coral.

Gran Cañón (Estados Unidos)

Tallado por el río Colorado, al norte de Arizona, el Gran Cañón es uno de los lugares más místicos y majestuosos de todo el continente americano. Sus ecos étnicos, su capacidad para suscitar un suspiro de aventura o un atardecer que nunca nos cansaríamos de mirar conforman parte del encanto de este laberinto rocoso cuyas formaciones y gargantas alcanzan hasta los 800 metros de profundidad bajo el nivel del mar.

La Habana Vieja (Cuba)

El Caribe es la quinta esencia de ese paraíso tropical en el que no todo gira en torno a los resorts playeros y sus famosas pulseritas. De hecho, a lo largo del mar más cálido y vibrante del mundo siguen dándose cita el color, el ritmo y la herencia colonial gracias a lugares como La Habana Vieja de Cuba, la prueba más palpable de una isla asediada por la salsa, las conquistas y el mar que recién despierta al resto del planeta durante los últimos años. Un museo viviente en el que caminar por sus calles empedradas, entre sus fachadas de color pastel o posarse en coches de más de 50 años confirman el potencial de Cuba como la mayor máquina del tiempo de todo el mundo.

Machu Picchu (Perú)

Situado a 2340 metros sobre el nivel del mar, los vestigios de la ciudad más famosa del antiguo imperio inca continúa siendo el destino más apreciado de toda Sudamérica. Concebido originalmente como un centro ceremonial y posteriormente como residencia de retiro del gobernante Pachacútec a mediados del siglo XV, Machu Picchu, designado patrimonio de la Unesco en 1983, continúa atrayendo a hordas de turistas que atraviesan el Camino Inca buscando este pedazo de la historia atrapado entre la niebla, las rocas y llanuras donde pacen las alpacas.

Torre Eiffel (París)

Para muchos, la Torre Eiffel continúa siendo un trozo de metal en mitad de un jardín bonito, pero para gran del mundo el mayor orgullo de la ciudad de París es mucho más que eso: es un icono, un símbolo, el mejor embajador del amor y los sueños que nos vendieron el cine o la literatura. Inaugurada en los Campo de Marte en 1889, esta obra de Gustavo Eiffel desdeñada en un primer momento pasó por torre de radio y proyecto de demolición hasta que los círculos artísticos de principios del siglo XX la rescataron para siempre.

Serengueti (Tanzania)

El parque nacional más famoso del continente africano debe parte de su fama a los atardeceres que inmortalizaran películas como El Rey León, a los viajeros y escritores que se empeñaron en destacar ese lugar de África Oriental en el que la vida luce más salvaje que en ningún otro lugar. Meca de los safaris, el Serengueti es posiblemente el escenario natural más cotizado del mundo gracias a sus contrastes paisajísticos, las migraciones de ñus o la presencia delas jirafas que interrumpen el cielo con sus largos cuellos.

¿Has visitado estos 10 lugares del mundo que tienes que ver antes de morir?


Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*