Maximiliano de Habsburgo, emperador de México

Un austriaco gobernó México alguna vez. Fue Maximiliano de Habsburgo y lo hizo brevemente entre 1864 y 1867. Maximiliano nació el 6 de julio de 1832 en el hermoso y elegante Palacio de Schonbrunn, en los alrededores de Viena, y su destino fue México tras la orden de Napoleón III, emperador de Francia. Napoleón tenía deseos expansionistas en el Nuevo Mundo y los conservadores mexicanos de entonces veían un buen futuro para el país si caía en manos reales.

Maximiliano era entonces archiduque y cuando fue coronado asumió el título de Maximiliano I de México. Primero y último pues fue fusilado en el Cerro de las Camoanas el 19 de junio de 1867 tras tres años de conflictivo gobierno. Al mes siguiente sus restos mortales cruzaron el Atlántico hasta Viena. Este año México conmemora los 110 años del restablecimiento de las relaciones bilaterales con Austria y en ese marco se da un proceso de revisionismo histórico sobre la figura del austriaco en la historia mexicana.

Maximiliano buscaba la reconciliación entre los conservadores y los liberales y la integridad territorial y con ideas nuevas terminó oponiéndose a aquel grupo que lo había convocado. ¿Ideas nuevas? Una nueva ley agraria y de trabajo que podía implicar la devolución de tierras a los pueblos indígenas, una jornada máxima de trabajo de 10 horas y la prohibición del castigo corporal, por ejemplo. Demasiado liberal para todos, los conservadores y los franceses que habían impulsado su candidatura, terminó quedándose sólo. Murió fusilado mientras su esposa estaba en Europa. Ella terminó loca y encerrada para morir en 1927.


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