La hermosa ciudad de Quebec, una de las más antiguas del mundo, nos lleva a recordar mediante sus construcciones a un antiguo barrio europeo, enclavado en el continente americano, específicamente en Canadá, un país de gran influencia cultural francesa e inglesa. Este centro histórico, que fusiona la cultura americana y europea, fue designado por la UNESCO en 1975 como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La provincia de Quebec, ubicada al este de Canadá, tiene como capital a la ciudad de Quebec. Esta pequeña ciudad es uno de los sitios más antiguos de Canadá. Los primeros en llegar a esta zona americana fueron los franceses. Jacques Cartier, explorador francés, en 1535 llegó a las inmediaciones de lo que hoy se conoce como la ciudad de Quebec en busca nuevos territorios para la corona francesa. Esta y sus futuras exploraciones sirvieron para que en 1608 el explorador Samuel de Champlain fundará la actual ciudad de Quebec.
La ciudad se convirtió en el corazón de la Nueva Francia durante los siglos XVII y XVIII, hasta que pasó a dominios ingleses. Actualmente esta ciudad nos hace recordar a la bella arquitectura francesa.
Esta ciudad está ubicada sobre una colina, en donde en su parte superior, conocida como el Haute Ville, resalta el popular hotel Château Frontenac, desde el cual se puede divisar la famosa Terrase Duffein que tiene unas vistas preciosas del río San Lorenzo. Esta terraza tiene un sendero que te lleva a los Llanos de Abraham, histórico lugar, en donde en 1759 las tropas inglesas derrotaron a las francesas para tener definitivamente posesión de la ciudad.
En el distrito histórico de Quebec se pueden apreciar edificios valiosos como gubernamentales y catedrales. En la parte superior se encuentra la fortaleza histórica que actualmente es utilizada por las fuerzas armadas canadienses. El descenso por la calle Cóte de la Montagne a la Basse Ville, es encantador, por sus calles empedradas y sus pintorescas viviendas. La Basse Ville tiene atractivos lugares como los museos, las tiendas de arte y artesanías, el puerto, y la iglesia canadiense más antigua.
Quebec tiene un estilo único y encantador en su arquitectura que la convierte en una experiencia única para sus miles de sus visitantes, quienes recorren en centro histórico maravillados por observar un pedazo de Europa en una pequeña ciudad de Canadá.