Anchorage es una ciudad-condado ubicada en la parte centro-sur del estado de Alaska, y que es uno de esos lugares donde la naturaleza aún no ha sido tocada por la mano humana en su totalidad.
Es una joya en este mundo que es imponente, tanto como que es agradable para visitarla. A pesar de que la mayoría de la gente asocia Alaska con la nieve y el hielo, los meses de verano en Alaska es perfecto para disfrutar de unas vacaciones con toda la familia.
Teniendo en cuenta los cambios de elevación, siempre hay espacio para divertirse en un clima de invierno o disfrutar de la elevación más baja más leve en cualquier momento del año.
Una de las atracciones más famosas de Anchorage es el Teleférico Alyeska. Este viaje asombroso consiste en un paseo por toda la ladera de la montaña en un tranvía suspendido en el aire. Esto proporciona una vista incomparable de la naturaleza y la vida silvestre que de otra manera seria imposible verlo.
Alaska es un gran sitio de grandes yacimientos de fósiles prehistóricos y pueblos originarios. Por ello vale la pena una visita al Museo de Historia Natural de Alaska que tiene una impresionante colección de fósiles y artefactos de las tribus nativas de la tierra y los dinosaurios que vivieron hace millones de años además de aprender acerca de las tribus nativas que habitaron ésta parte del continente americano.
La minería es otro de los rasgos más famosos de Alaska. El oro y otros recursos valiosos que Alaska está lleno de lo convierten en el lugar perfecto para aprender acerca de estas prácticas impresionantes de aquellos que los conocen mejor.
Es atrayente Crow Creek Mine para ver cómo funciona una mina rodeado de edificios históricos y las herramientas que muestran en exhibición para una aventura emocionante con la familia.
Y no hay que olvidar de conocer el sitio más visitado de Anchorage, el glaciar Portage. Esta muestra de humildad de la naturaleza en su máxima expresión es una visita obligada en Anchorage.