Costumbres de la sociedad griega

Grecia es un país orgulloso de sus tradiciones. No podía ser de otro modo si tenemos en cuenta que estamos hablando de una nación tan antigua e importante. No en vano en su seno nació la civilización europea. Las costumbres de la sociedad griega, que tanto llaman la atención a los viajeros que visitan el país, son herederas de su larga y convulsa historia.

La cultura griega actual ofrece una fascinante mezcla de elementos orientales y occidentales. Y, aunque cada rincón de este país es fascinante, sin duda es en las islas griegas donde los viejos usos, creencias y tradiciones mejor se conservan. En realidad, estas costumbres siguen formando hoy en día parte de la vida de los griegos, a pesar de la globalización y de internet.

Saludos y hospitalidad

Cuando uno viaja a un país extranjero cuyo idioma desconoce se esfuerza por aprender unos cuantos términos básicos para utilizar en el día a día.

Las guías de viaje de Grecia están llenas de recomendaciones y expresiones prácticas. Por ejemplo nos explican cuál es la forma correcta de pronunciar las palabras «gracias», «buenos días» o «por favor». Sin embargo, nada se nos dice de que no es de buena educación saludar con la mano abierta. Ese gesto de alzar el brazo puede dar lugar a malentendidos, pues mostrar la palma de la mano a alguien se considera un insulto, algo parecido al feo gesto de cerrar el puño y mostrar el dedo corazón.

Los griegos se saludan simplemente dándose la mano (o el codo, en tiempos de  Covid-19) y mostrando una sonrisa. Los familiares y amigos cercanos se abrazan y se besan en la mejilla. En esto no hay  grandes diferencias con lo que se hace en otros países mediterráneos como España o Italia.

En cualquier caso, los griegos son en general gente hospitalaria y amable con los visitantes. Raramente alguien se mostrará entendido por lo que consideran un error involuntario a la hora de saludar.

Supersticiones

Las supersticiones están muy arraigadas en las costumbres de la sociedad griega. Y es que los griegos son muy supersticiosos. Ellos creen especialmente en el poder maligno del mal de ojo, por esta razón muchos llevan consigo un curioso amuleto llamado nazar.

El nazar es una perla o cristal azul sobre el que se ha pintado un ojo de color blanco. De hecho, la palabra nazar deriva del árabe y significa «ver». EL origen de esta costumbre no está claro, pero es curioso que en Grecia el nazar sea conocido como «ojo turco» mientras que en Turquía llaman a este amuleto el «ojo griego».

Las mujeres suelen llevar el nazar colgado del cuello, en forma de colgante. mientras que los hombres prefieren guardarlo en el bolsillo o llevarlo anillado a una pulsera. ¿Funciona? Los griegos están convencidos de ello.

El komboloi es una especie de rosario de cuentas que los griegos (especialmente los hombres) llevan consigo a todas partes. Su cometido es aliviar la ansiedad y el estrés pasando cada una de los cuentas entre los dedos una y otra vez. Es también un curioso souvenir que encanta a los turistas.

Otra costumbre griega relacionada con las supersticiones es la de escupir al suelo cuando se recibe una mala noticia. No es un hábito muy higiénico, pero según la tradición esta es la forma más segura de alejar la mala suerte. También se escupe en las bodas o en los bautizos como forma de atraer a la buena suerte.

Costumbres de la sociedad griega en la mesa

La gastronomía griega es una de las más ricas y deliciosas del mediterráneo, muy apreciada por el uso de productos saludables y por las numerosas influencias orientales que incorpora. Pero la cocina de Grecia también ofrece una buena muestra de tradiciones y usos propios.

Para empezar, la mesa es siempre un lugar de reunión y celebración. Los banquetes de amigos y familias son frecuentes, casi una religión para los griegos. Y toda buena comida debe acabar con un café griego, de sabor bastante fuerte, y una copita de ouzo, el aguardiente nacional.

Algo que llama la atención a los extranjeros es la tradición griega de lanzar los platos al suelo para bailar después sobre los pedazos rotos. Obviamente no todas las comidas terminan así. Esta costumbre se limita tan sólo a celebraciones señaladas como bodas y cumpleaños. No se trata de un gesto agresivo ni de disgusto, simplemente es una forma de expresar alegría.

El origen de esta tradición es aún hoy objeto de discusión. La teoría más aceptada es que en tiempos antiguos los recién casados rompían platos en la puerta de la casa para ahuyentar a los malos espíritus. Si es cierta, tal vez deberíamos incluir esta costumbre en la categoría de supersticiones.