Cracovia

Vista de Cracovia

Cracovia

Con unos mil años de historia y más de una leyenda, Cracovia es una ciudad maravillosa. En el siglo XI fue designada capital de Polonia por Casimiro I el Renovador y pasó a ser en el primer núcleo cristiano del país. Ya en el siglo XIV se convirtió en un centro político, económico, cultural e incluso científico, con la fundación de su universidad en 1364.

Sin embargo, posteriormente y durante varios siglos, la ciudad padeció las disputas entre rusos, prusianos, suecos y austríacos, pasando varias veces de las manos de unos a las de otros. Ya en la pasada centuria, Polonia recuperó su soberanía y Cracovia se convirtió en la segunda ciudad del país tras su capital, Varsovia.

Fruto de tan dilatada y, a veces, dramática historia es el conjunto monumental que te ofrece. Es una amplísimo grupo de edificaciones concentradas especialmente en su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, donde puedes ver, muchas veces mezcladas, maravillosas muestras de arte gótico, renacentista y barroco. Si quieres conocer Cracovia, te invitamos a acompañarnos.

Qué ver en Cracovia

Atravesada por el río Vístula, Cracovia recibe más de ocho millones de turistas al año. No en balde, es considerada por los expertos una de las más bellas ciudades, no solo de Europa, sino también de todo el mundo. Vamos a conocer su rico patrimonio monumental.

Centro histórico de Cracovia o Stare Miasto

Podríamos decirte que Stare Miasto, como se conoce al casco histórico de Cracovia, está distribuido en tres partes a cual más interesante y que no puedes dejar de visitar.

Vista de la Lonja de las Pañerías

Lonja de las Pañerías

Ciudad Medieval

La primera y más céntrica es la Ciudad Medieval, cuyo núcleo es la plaza Rynek, construida en el siglo XIII y que, con casi doscientos metros de lado, es la más grande de Europa. A su vez, en el centro de la misma puedes ver la denominada Lonja de las Pañerías, una preciosa construcción renacentista. Y, en su parte este, hallarás la basílica de Santa María, una impresionante iglesia del siglo XIV que destaca por su estilo gótico y su fachada teñida de colorado.

Otros monumentos que te interesará ver en la plaza Rynek son la estatua de Adam Mickiewicz, el gran poeta romántico polaco; la torre del Ayuntamiento, cuyo aspecto parece gemelo de la basílica citada; la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, también gótica, y el edificio de la Universidad Jagellónica, igualmente del siglo XIV.

Colina de Wawel

El segundo lugar de interés dentro del centro histórico de Cracovia es la colina de Wawel, que durante siglos albergo el centro de poder de Polonia. En ella, encontrarás fundamentalmente tres monumentos. La catedral de San Wenceslao y San Estanislao es considerada el principal santuario de todo el país. Construida en el siglo XIV bajo las premisas del gótico, se le añadieron dos siglos después 18 capillas renacentistas. Entre estas, tiene especial relevancia la de Segismundo I, que es la cima del Renacimiento en Polonia.

Por su parte, el Castillo Real de Wawel, también del siglo XIV, es una impresionante construcción románica y gótica que se eleva en torno a un claustro central. Fue residencia de los reyes polacos durante mucho tiempo y puedes visitarlo. De hecho, alberga un magnífico museo de arte con una destacada colección de pinturas renacentistas y de preciosas obras de orfebrería, cerámica e incluso de arte oriental.

El tercer monumento es la iglesia de San Andrés que, edificada en el siglo XI siguiendo los cánones del románico, es uno de los edificios más antiguos de Cracovia. Además de iglesia, era fortaleza, como demuestran sus aberturas defensivas.

El castillo de Wawel

Castillo Real de Wawel

Kazimierz

Este núcleo medieval fue el barrio judío desde la Edad Media hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial. De esa época han quedado sinagogas como la de Remuh o la de Kupah. No obstante, hay otros monumentos. Destacan entre ellos las murallas del siglo XIV; las iglesias de Santa Caterina y de San Estanislao, gótica la primera y barroca la segunda, o la basílica del Corpus Christie.

Respecto a esta última existe una curiosa leyenda. Al parecer, alguien robó la custodia de la iglesia de los Santos Inocentes pensando que era de oro. Al darse cuenta de que era de cobre, la abandonó en los pantanos de Kazimierz. Pero, al poco tiempo, este objeto comenzó a producir una extraña luz azulada. Ante ello y para expiar el sacrilegio del ladrón, el rey Casimiro III construyó la Basílica de Corpus Christie. En esta, debes prestar especial atención al imponente órgano, al coro y al curioso púlpito barroco.

Finalmente, en Stare Miasto puedes perderte por las estrechas callejuelas que conforman la Royal Mile o parte más histórica de aquella. Es además un área donde existen numerosos bares, restaurantes y tiendas de souvenirs.

Distrito de Podgorze

Si el anterior era el barrio histórico judío de Cracovia, este distrito albergó el gueto de este pueblo que creó Hitler en 1941. Todavía puedes ver en él los restos del muro que separaba la zona del resto de la ciudad. Pero dos lugares destacan en Podgorze: la plaza Bohaterów, donde se seleccionaba a las personas que iban a ser llevadas a los campos de concentración, y la fábrica de Oskar Schindler, donde trabajaban los judíos y gracias a la cual se salvaron cientos de ellos.

Junto a las anteriores, también puedes ver en este distrito las iglesias de San Benedicto, del siglo XI, y de San José, un templo neogótico; la farmacia del Águila, donde también se ocultaba a los judíos y que hoy es un museo, y el curioso túmulo de Krakus. Este último es un montículo donde, según la leyenda, está enterrado el príncipe Krakus, que pasa por ser el fundador de Cracovia.

La basílica del Corpus Christie

Basílica del Corpus Christi

Museos de Cracovia

También puedes visitar en la ciudad polaca varios museos como el Etnográfico, el Arqueológico o el de Ingeniería Urbana. Pero, por ser muy curiosos, hay dos que debes ver. Uno es el museo Czartoryski, creado por la princesa del mismo apellido en 1796 y que alberga, entre otras joyas, la pintura de Leonardo da Vinci titulada ‘La dama del armiño’. Y el otro es el museo Polaco de Aviación, con un gran número de aeroplanos incluso de la Primera Guerra Mundial.

El parque Planty

Después de ver tantas maravillas monumentales, te vendrá bien un poco de aire fresco. Circundado el casco antiguo de Cracovia tienes el parque Planty, un amplio espacio de 21 hectáreas de zonas verdes. Fue creado a principios del siglo XX cuando se derribó la antigua muralla. No obstante, aún puedes ver en la zona partes de ella como la puerta de Florián y la Barbacana. Esta última es una preciosa torre defensiva del siglo XV con planta circular y varias torres.

Cercanías de Cracovia

En los alrededores de Cracovia hay dos lugares que debes ver. Uno es el campo de concentración de Auschwitz, escenario del Holocausto judío durante el dominio alemán de Polonia. Actualmente se conserva en perfecto estado y es visitable. Sin embargo, es una experiencia muy dura, por lo que no es apta para todas las personas. En todo caso, es un lugar de enorme trascendencia histórica.

El otro sitio que debes ver son las minas de sal de Wieliczka, que ostentan la categoría de Patrimonio de la Humanidad. Son nada menos que trescientos kilómetros de galerías subterráneas en las cuales existen, cada cierta distancia, capillas y habitaciones. En estas podrás ver figuras esculpidas que sirven como ilustración de la historia de las minas. El recorrido turístico que puedes hacer incluye casi cuatro kilómetros de túneles con veintidós cámaras, algunas con lagos subterráneos. Entre las estancias destaca la impresionante Capilla de St. Kinga, de cincuenta y cuatro metros de longitud y decorada con figuras realizadas en la propia sal.

La capilla de Saint Kinga

Capilla de Saint Kinga

Cuándo es mejor viajar a Cracovia

El clima en la ciudad polaca es una mezcla de continental y oceánico. Los inviernos son bastante fríos y con nieves frecuentes. Por ejemplo, en enero la temperatura media es de unos cinco grados bajo cero, con máximas de solo uno sobre cero.

En cambio, los veranos son agradables e incluso cálidos. En julio y agosto, las medias máximas rondan los veintitrés grados y las mínimas son de unos trece. Sin embargo, lo peor del clima de Cracovia es la lluvia. Todos los meses hay un promedio de doce días de precipitaciones.

Con arreglo a todo ello, las mejores fechas para viajar a la ciudad polaca son la primavera y el otoño. Las temperaturas son más agradables que en invierno y no hay tanta saturación de turismo como en verano.

Qué comer en la ciudad polaca

La gastronomía de la localidad polaca es resultado de la accidentada vida del país, unas veces controlado por los rusos y otras por los germanos. En consecuencia, presenta elementos de las cocinas de esos dos países citados y también de las húngara, turca, armenia, francesa y judía.

Para disfrutar de esta gastronomía, puedes comenzar tu comida con el zurek, una sopa de harina de centeno y carne, o con la zupa pomidorowa, también sopa pero en este caso de tomate, pasta, arroz y verduras. También puedes optar por las pierogi, empanadillas de carne o de queso con patata.

A la hora de pedir el plato principal, tienes el goulash o estofado de carne de cerdo, pimentón y cebolla. También el bigos, que lleva distintas clases de carne y embutidos, setas y ciruelas secas y col agria, o las chuletas de cerdo rebozadas con patatas y col frita, un plato cuyo nombre te resultará impronunciable.

Un plato de zurek

Zurek

En cuanto a los postres, tienes el oscypek, queso ahumado de oveja; las obwarzanet, unas rosquillas de pan deliciosas; el pastel de crema papal; la sernik o tarta de queso y el torcik piscyngier, un dulce típico en toda Polonia que consiste en barquillos de chocolate endulzados con licor. Asimismo, puedes acompañar todo ello con la magnífica cerveza polaca.

Por otra parte, te interesará conocer una peculiaridad de Cracovia que te ayudará a comer barato. Se trata de los llamados bares de leche o bares mleczny, locales que sirven comida tradicional y rápida a muy buen precio.

Cómo llegar

El aeropuerto internacional Juan Pablo II se encuentra a once kilómetros de la ciudad. Es el segundo más importante de Polonia y recibe vuelos de todas las partes del mundo. Para llegar desde él a Cracovia tienes taxis, pero no son baratos.

En cambio, puedes tomar el tren Balice Express, que realiza viajes cada media hora, tarda unos veinte minutos y apenas cuesta dos euros. También hay un servicio de autobuses por un precio similar. La desventaja de estos es que tardan más tiempo, aproximadamente treinta minutos.

Por otra parte, puedes desplazarte a la ciudad polaca por ferrocarril, no desde España, pero sí desde la zona central de Europa. La estación principal es la de Kraków Glówny, que está muy bien situada, pues se halla muy cerca del centro histórico. A ella llegan trenes desde otras partes de Polonia y también desde Viena, Budapest o Praga. Justamente en la estación te dejan los citados Balice Express que vienen del aeropuerto.

En conclusión, Cracovia es una de las ciudades más bonitas de Europa. Cuenta con una extensa historia, un impresionante patrimonio monumental e incluso algunos lugares escalofriantes que te recordarán el trágico pasado del Viejo Continente. Si a todo ello sumas una deliciosa gastronomía, verás que hay razones suficientes para que vayas haciendo las maletas.


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