Debido a las peculiares características de este país, la Navidad en Cuba es un poco diferente a las que se celebran en otros países de América Latina. El gobierno comunista de Fidel Castro prohibió esta celebración en el año 1959, pero tres décadas después se levantó esta restricción y los cubanos pudieron recuperar las tradiciones y celebraciones de siempre.
El regreso «oficial» de la Navidad a la isla se produjo en 1998, con la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba. Fue entonces cuando el gobierno cubano, en un gesto conciliador con la Santa Sede, declaró el 25 de diciembre como día feriado. La idea tuvo una gran acogida por parte de la gente, que deseaba recuperar una de sus fiestas más queridas que nunca se llegó a olvidar.
Pero incluso a pesar de esto, la Navidad en Cuba es diferente. Se festeja de un modo intenso y alegre típicamente cubano, aunque está desprovista de la calidez de otros lugares y, en buena parte, de su componente religioso. Y aunque las autoridades permiten las celebraciones, tampoco se implican en ellas. Resulta por ejemplo raro encontrar decoración navideña o escuchar la música de los villancicos en muchos de los pueblos y ciudades de la isla más allá de los grandes núcleos urbanos como La Habana, Trinidad, Cienfuegos o Santiago de Cuba.
Fiestas de Nochebuena
La Nochebuena cubana se celebra con mucho colorido y pasión. Los mejores ejemplos de esta forma de vivir esta festividad lo encontramos en dos localidades: Villa Clara y Bejucal.
Las Parrandas de Remedios
Durante la semana previa a la Navidad en Villa Clara se desarrollan los festejos de San Juan de los Remedios, que tienen su expresión más colorida en las llamadas parrandas, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
La tradición de las parrandas nació hace unos doscientos años. Los vecinos de la localidad se dividen en dos bandos: El Carmen y San Salvador. Ambos grupos trabajan con denuedo durante la semana para diseñar las carrozas y los disfraces más llamativos y espectaculares.
Cada noche hasta el día de Nochebuena las dos parrandas se lanzan a desfilar por las calles al son de la música y los fuegos artificiales, compitiendo en ritmo, alegría y vistosidad. Aunque ambas compiten por ser la mejor, no se proclama ningún vencedor. El único objetivo es divertirse, como se muestra en este video (su autor es Juan Manuel Pacheco):
Las Charangas de Bejucal
Esta fiesta es una de las más antiguas de la isla y muy representativa de cómo se vive la Navidad en Cuba. Se remonta a los años de la época colonial, donde era costumbre que los señores concedieran a sus esclavos el 24 de diciembre como día libre. Los esclavos negros, originarios de África, disfrutaban de este pequeño descanso bailando y haciendo sonar sus tambores.
Las celebraciones actuales son un poco diferentes. La localidad de Bejucal se divide en dos charangas: por un aparte la de la Ceiba de Plata, que exhibe el color azul y una figura del alacrán como símbolos, y por otra la de la Espina de Oro, que enarbola el color rojo y estandartes con la efigie de un gallo. Como sucede con las parrandas de Remedios, se trata de una competición que atrae a no pocos visitantes en la víspera de Navidad.
Navidad en Cuba: la gastronomía
Como no puede ser de otro modo, la gastronomía ocupa un lugar muy importante en la celebración de la Navidad en Cuba. Estas fechas son el momento en el que las familias y los amigos se reúnen en torno a la mesa, independientemente del sentimiento religioso de cada cual. En el caso de las familias creyentes se cena relativamente pronto para poder asistir a medianoche a la Misa del Gallo.
En muchas ciudades de la isla la noche culmina con un espectáculo de fuegos artificiales. Es especialmente bonito el que tiene lugar en el Paseo del Malecón, en La Habana. Son muchos los turistas que acuden a este lugar para disfrutar de este momento.
El plato estrella de la cocina cubana navideña es el cerdo o lechón asado, cuya importancia es similar a la del pavo asado en los países anglosajones. La carne se suele servir junto a variadas salsas y acompañamientos con arroz blanco, frijoles negros, ensalada, pan o yuca en mojo, una delicia cubana típica de estas fechas. En el apartado de postres hay que mencionar los tradicionales buñuelos y las conchas de naranja.
No hay una costumbre muy arraigada de intercambiar regalos ni en la cena de Nochebuena ni en la comida de Navidad. Sin embargo, sí es frecuente acabar la fiesta con música, baile y mucho ron, al más puro estilo cubano.