El Hospicio de San Michele

El Hospicio de San Michele a Ripa Grande, más conocido como Hospicio de San Michele, está situado en el extremo sur del barrio del Trastévere, frente al río Tíber y a 500 metros del Ponte Sublicio, al otro lado del río desde la zona de Ripa. Precisamente el Puerto de Ripa Grande era el puerto fluvial que enlazaba con el puerto mediterráneo de Ostia. Aquí llegaban los barcos pequeños y traían los principales suministros a la ciudad.

Los edificios que conforman el hospicio fueron construidos durante los siglos XVII y XVIII y sirvieron como orfanato, asilo y cárcel para menores y mujeres. En 1679, un sobrino del Papa Inocencio XI, monseñor Carlo Tommaso Odescalchi encargó el diseño de este complejo al arquitecto Mattia de Rossi. Este, en apenas cinco años, ya había erigido el hospicio para acoger a niños huérfanos, que trabajaban en su interior elaborando alfombras y tapices.

A este primer edificio se le añadió en 1693 el Hospicio de los Pobres. En 1709 el Papa Clemente XI encargó al arquitecto Carlo Fontana la ampliación del complejo para así poder trasladar a él a los ancianos del Hospital de los Mendigos, situado en la Vía Giulia. Más tarde se añadieron la cárcel para menores y una escuela de arte. En 1735 Clemente XII ordenó la construcción de la cárcel para mujeres y un cuartel para los funcionarios de aduanas.

La Iglesia Grande, también conocida como de San Salvador de los Inválidos, fue diseñada por Carlo Fontana en 1706, aunque no se terminó de construir sino hasta 1834 gracias a Luigi Poletti. Hay otra iglesia más pequeña y más antigua, la de Santa Maria del Buon Viaggio, situada en el extremo sureste del complejo. Esta iglesia fue dedicada a los marineros que llegaban hasta aquí a través del río Tíber.

El complejo estuvo activo como institución de caridad hasta el siglo XIX. La fábrica de tapices del interior, la Arazzeria Albani, subsistió hasta 1910. Tras la unificación italiana, la propiedad fue confiscada y entregada a la ciudad de Roma. Los edificios cayeron en desuso, hasta que en la Segunda Guerra Mundial fueron utilizados como cuarteles tanto por el ejército alemán como por los aliados.

En la actualidad alberga el Ministerio de Bienes Culturales y Medio Ambiente, institución que usa las antiguas dependencias de la fábrica de tapices para la restauración de obras de arte.


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