El Palacio de la Condesa de Revilla de Camargo, museo de arte

Museo de Arte Decorayivo de La Habana

Cuando tuvo lugar la revolución Cubana muchos terratenientes cubanos debieron emigrar pues le gobierno confiscó sus propiedades. Una de estas personas fue la Condesa de Revilla de Camargo, María Luisa Gómez-Mena, una acaudalada señora dueña de ingenios azucareros.

El palacio de la Condesa de Revilla de Camargo fue construido con todo lujo a comienzos del siglo XX y después de ser expropiado fue convertido en Museo de Artes Decorativas. Por eso podemos ingresar y disfrutar de los lujos que alguna vez fueron exclusividad de esta rica señora.

El Museo de Artes Decorativas de La Habana está sobre la calle 17 y E, en la zona del Vedado. La condesa supo recibir en su momento a los Duques de Windsor, el rey inglés que abdicó y su esposa norteamericana, la Duquesa de Alba, los Condes de Barcelona,  entre otros huéspedes ilustres. El palacete tiene once salones y cuarenta puertas en total y está decorado a todo lujo. Antes de ser convertido en museo se encontraron, tras una pared tapiada del sótano, muchas obras de arte decorativas muy valiosas: cinco lienzos del siglo XVIII del romanticismo francés.

Lo cierto es que después de la revolución la condesa marchó al exilio y murió en España en 1965. La casa quedó en manos del gobierno y lo mismo su interior. Alberga hoy 33 mil obras de arte y hay piezas de la época de los Luises y de Napoleón III, porcelana inglesa y manufacturas francesas. Hay doce salones de exposición: el Comedor con relojes y esculturas, el Salón  Neoclásico con un secreter que fue de María Antonieta, el Salón Boudoir con piezas de orfebrería francesa del siglo XIX, el Vestíbulo con sus mármoles italianos, el Salón de las Mamparas Orientales, con mamparas chinas de los siglos XVII, XVIII y XIX, el Salón Oriental con una hermosa alfombra persa, el Salón Sevres, el Salón Inglés y el Salón Ecléctico, con las exposiciones temporales.

El Palacete de la Condesa de Revilla Camargo tiene tres baños pero solo uno se exhibe y es el del cuarto principal, un baño con incrustaciones de porcelana francesa, cristales italianos y mucho mármol.


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