Valle de Arán

El valle de Arán y Viella, su capital

Viella y valle de Arán

El valle de Arán es una comarca española con personalidad propia. Se halla en plenos Pirineos centrales. De hecho un treinta por ciento de su territorio está a más de dos mil metros de altitud y su parte norte sirve como frontera con Francia. Al sur y al oeste linda con Cataluña (a la que pertenece) y Aragón respectivamente, mientras que al este lo hace con la comarca leridana de Pallars Sobirá.

La compleja orografía del valle de Arán ha propiciado que siempre haya mantenido un cierto grado de autonomía (en invierno quedaba aislado del resto de España) e incluso que desarrollase un dialecto propio derivado de la lengua occitana del sur de Francia: el aranés. Pero si por algo destaca esta comarca es por su imponente y maravillosa naturaleza, con la estación de esquí de Baqueira-Beret, así como por su enorme patrimonio monumental. Dentro de este último destacan los numerosos templos románicos que se encuentran diseminados por sus treinta y tres localidades. Si te apetece conocer el valle de Arán, te invitamos a seguirnos.

Qué ver y qué hacer en el valle de Arán

La capital de la comarca es Viella, que además la comunica por carretera con Francia. Por tanto, vamos a comenzar nuestro viaje por esta localidad, situada a orillas del río Garona, para luego continuar con otras que también merece la pena que visites. Todas ellas responden al estilo tradicional de la montaña leridana, con casas de piedra y tejados de pizarra en calles estrechas y empinadas.

Viella, capital del valle de Arán

Esta pequeña localidad de apenas cuatro mil habitantes es, sin embargo, muy importante desde el punto de vista histórico. Y ello se refleja en sus numerosos monumentos. El propio casco antiguo lo es en sí mismo, con sus casas medievales y sus calles estrechas.

Además, en él se halla la iglesia de San Miguel, una preciosa muestra del llamado gótico aranés construida entre los siglos XII y XV. Y, junto a esta, los otros muchos templos que responden al más genuino románico catalán. Te hablamos de iglesias como las de San Martín de Aubert, San Pedro, Santo Tomás o San Martín de Gausach.

La iglesia de Sant Martí de Gausac

Iglesia de Sant Martí de Gausac

No obstante, si quieres conocer cómo era la vida en los pueblos de Arán, debes entrar al Museo del Valle, una joya etnográfica que se halla en la Torre del General Martinhon, una casa señorial edificada en el siglo XVII. Y, si quieres complementarlo, también puedes visitar el Museo de la Lana, que refleja la importancia de la industria textil en el desarrollo de la zona.

Por otra parte, si te gusta el esquí, tienes muy cerca de Viella la estación de Baqueira-Beret, con más de cien kilómetros de pistas destinadas a todas las variantes de este deporte, incluso al snow board.

En cambio, si prefieres algo más sencillo como el senderismo, te interesará saber que el municipio de Viella se encuentra íntegramente en el Parque Nacional de Aigues Tortes y Lago de San Mauricio, un extenso territorio de alta montaña con una extraordinaria riqueza medioambiental. Puedes hacer distintas rutas por él, pero en todas verás paisajes extraordinarios de lagos glaciales como el Tort de Rius y de elevadas cumbres como el Pico de Peguero, el Montardo o el Gran Encantado.

Entre esas rutas, destaca la llamada Carros de Fuego, que consiste en recorrer los refugios del parque y que deberás hacer en varios días, ya que cuenta con cincuenta y cinco kilómetros de extensión y un desnivel acumulado de nueve mil metros.

Salardú

Esta localidad es el centro administrativo del Alto Arán, que, junto al anterior, es el municipio más importante de esta maravillosa comarca. Salardú es un pequeño pueblo de apenas seiscientos habitantes que, no obstante, se halla en una ubicación privilegiada, a tan solo cuatro kilómetros de Baqueira-Beret y rodeado de cumbres como el Mauberme o el Baciver.

Localidad de Salardú

Salardú

Pero sobre todo esta pequeña villa del Valle de Arán guarda un tesoro. Se trata de la iglesia románica de San Andrés, construida en el siglo XIII. En su exterior destacan la impresionante portada lateral con cinco arquivoltas y la torre octogonal del campanario, que fue añadida en el siglo XV y que termina en una espadaña.

Respecto al interior del templo, está decorado con pinturas murales del XVII y presidido por la talla del Cristo de Salardú, datada en el siglo XII e igualmente románica. Finalmente, al lado de esta iglesia hallarás la coqueta Plaza Mayor, con numerosos bares y restaurantes.

Unha

Muy cerca de la localidad anterior, hallarás Unha, población de apenas cien habitantes donde puedes visitar la iglesia románica de Santa Eulalia, del siglo XII, aunque su campanario octogonal es del XVIII, y la Cò de Brastet, una antigua casona señorial de época renacentista.

Escunhau

Lo dicho para Unha podría servirnos para aconsejarte qué ver en esta localidad. También tiene apenas ciento diez habitantes, e igualmente cuenta con una iglesia románica del siglo XII, la de San Pedro, y con una casona aristocrática, Cò de Perejoan, aunque esta fue edificada en el siglo XIV.

Bossòst

Situado en la ribera del río Garona y muy cerca de la frontera con Francia, tienes esta pequeña villa llena de encanto, con sus casas tradicionales de tejados negros. También alberga una maravilla del románico, la iglesia de la Asunción de María, construida en el siglo XII y una de las mejor conservadas de todo el valle de Arán. Presenta planta basilical y destaca por su pórtico norte, con un tímpano de mármol negro y un pantocrátor.

La iglesia de la Asunción de María

Iglesia de la Asunción de María

Además, Bosòst es un lugar de referencia para los senderistas. De él parten numerosas rutas entre las cuales destacan la llamada Protectora de las Seis Ermitas y la que lleva hasta los restos del castillo medieval de Soala de Casteràs. En una de las cuevas que se hallan al lado de este ha sido descubierta recientemente además una primitiva capilla.

Bausen, un viaje al pasado del valle de Arán

Es uno de los pueblos más curiosos del valle de Arán por sus antiguas casas de piedra y tejados de pizarra negra que te harán sentirte en plena Edad Media. Como no podía ser de otra forma, también Bausen cuenta con una maravillosa iglesia, aunque en su caso edificada en el siglo XVIII. Es la de Sant Pèir ad Víncula, con fachada de estilo clásico y una estela de época romana al lado de su entrada.

Por otra parte, en la pequeña localidad del valle de Arán está el Bosque Encantado de Carlac, un conjunto de hayedos milenarios que se retuercen sobre sus troncos conformando un paisaje mágico. De camino a él, también puedes ver la pequeña ermita de San Roc.

Incluso tiene Bausen una historia romántica. En los años veinte, una pareja se amaba tiernamente, pero el párroco del lugar se negó a casarlos porque eran parientes lejanos. Les pedía una fuerte suma de dinero para hacerlo y no lo tenían.

A pesar de todo, decidieron vivir juntos y tuvieron un hijo. Pero a los treinta y tres años, la mujer, que se llamaba Teresa, murió. De nuevo el sacerdote se negó a enterrarla en el cementerio. Pero esta vez los vecinos de Bausen, indignados, le dieron sepultura con todos los honores en la parte civil del camposanto. Allí puedes ver todavía su tumba, en la que, según dicen, su hijo deposita flores con frecuencia.

Artiés

También en el municipio del Alto Arán encontrarás este pueblo de apenas quinientos habitantes y famoso por sus aguas termales. Son sulfuradas y puedes disfrutar de ellas en un complejo de piscinas abierto al público.

Después, te recomendamos que des un paseo por la pintoresca plaza principal del pueblo, donde verás un monumento a la vaca de raza Bruna de los Pirineos. Y también que visites la impresionante iglesia románica de Santa María de Arties, perfectamente conservada, así como la de Sant Joan, gótica y con un campanario de planta octogonal. Esta última, además, es un museo con exposiciones sobre la cultura aranesa.

La villa de Artiés

Artiés

Otras localidades del valle de Arán

Si bien los que te hemos recomendado son los pueblos más interesantes de la zona, también puedes visitar otros que te encantarán igualmente. Por ejemplo, Canejan, que te ofrece una de las mejores vistas del valle; Garós, con su iglesia de San Julián, o Tredos, el último antes de llegar a Baqueira-Beret y que cuenta con un hotel al que solo se puede acceder caminando o en moto de nieve.

Gastronomía del valle de Arán

No puedes irte del valle de Arán sin probar su deliciosa gastronomía. Al tratarse de una zona montañosa y fría, la cocina aranesa es contundente y sabrosa. Entre los productos típicos destacan la miel; los embutidos como la longaniza, el salchichón (al que llaman xolís) y el bolh nere, una receta de morcilla; las confituras y los quesos elaborados con leche cruda de vaca como el brossat.

Por su parte, el plato típico por excelencia en el valle es la olla aranesa, un guiso calórico y muy sabroso que se prepara con caldo, carnes de porcino, ternera y pollo, pasta, verduras y legumbres. Parecida a este es la cassolada, con patatas, verduras y costillas y tocino de cerdo. También puedes pedir el civet, que lleva carne de caza, cebolla, ajo, vino tinto, tomillo, laurel y pimienta. Buen ejemplo de este último es el civet de senglar, que se hace con jabalí.

Otras recetas clásicas en Arán son el patarnes, una sencilla sopa de patatas, pan del día anterior, aceite y sal; la truhada, un puré de patatas casero; el pollo a la coquèla, que se prepara con zanahorias, puerros, apio, ajos y cebolla, o el confit de pato, heredado de la cocina francesa.

En cuanto a la repostería, te aconsejamos probar los tronquets, unas pastas fritas con granos de anís. Y también los coquilhons, que se elaboran con harina, azúcar, huevos y licores. Todo ello sin olvidar los populares crespèts.

Plato de olla aranesa

Olla aranesa

Cuál es la mejor época para que visites el valle de Arán

La comarca pertenece en su gran mayoría a la cuenca fluvial atlántica. El río Garona discurre por ella para hacer un difícil recorrido y desembocar en la Gascuña francesa, muy cerca de Burdeos. Por ello, el clima del valle de Arán es Atlántico, con inviernos fríos y abundantes en nieves junto a veranos suaves que apenas superan los catorce grados en las montañas y los diecisiete en las llanuras.

Pero, más importante que el clima a la hora de recomendarte una época para que viajes al valle de Arán es el motivo de tu visita. Si quieres esquiar, lógicamente la mejor época para que vayas es el invierno o la primavera. Sin embargo, si lo que buscas es conocer sus preciosos pueblos y su maravillosa ruta del románico, al tiempo que haces senderismo, el momento indicado para que lo visites es el verano. En cualquier caso, todas las estaciones del año son buenas para que conozcas este lugar único.

Cómo llegar al valle de Arán

La comarca leridana no tiene comunicación por ferrocarril ni tampoco aeropuerto. Los más próximos son el de Lérida y el de Tarbes, en Francia, que se hallan a 165 y 161 kilómetros respectivamente. Respecto al tren, la estación más cercana es la de Luchon, localidad gala que se encuentra a 40 kilómetros.

En cambio, tienes autobuses desde las ciudades más próximas como Barcelona, Lérida, Zaragoza o Tarragona. Pero, si prefieres viajar en tu propio coche, hay principalmente tres rutas. Desde Pallars, tienes la carretera C-28, que atraviesa todo el valle por el puerto de la Bonaigua hasta la frontera de Pont de Rei. Desde Ribagorza, está la N-230 que la une con Arán a través del túnel de Viella. Finalmente, desde Francia, la mejor ruta es la que viene por la N-125 y que se convierte, tras pasar la citada frontera de Pont de Rei, en la N-230.

En conclusión, el valle de Arán es una preciosa comarca del Pirineo leridano que tiene de todo para conquistarte. A sus maravillosos paisajes de montaña y sus pistas de esquí añade un impresionante patrimonio monumental, con especial importancia de su ruta del románico, y una gastronomía tan contundente como deliciosa. Todo ello sin olvidar su excelente oferta hotelera. ¿No te apetece conocerlo?


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