País Vasco Francés

Vista de San Juan de Luz

San Juan de Luz

El País vasco Francés ha sabido combinar, como pocos territorios en el mundo, tradición y modernidad. En cuanto a la primera, se aprecia en su carácter marinero, que le llevó a destacar en la pesca de altura; en el respeto por su historia y sus costumbres; en sus monumentos y arquitectura tradicional o en sus idiomas vasco y gascón. Pero, sobre todo, en ese aire primitivo y un tanto mágico que le confiere un encanto propio.

Y, respecto a la modernidad,  se ve en un cosmopolitismo que se inició en el siglo XIX cuando Biarritz se convirtió en lugar de veraneo de la aristocracia gala e incluso de su Emperador Napoleón III. Y que continúa actualmente con la utilización de algunas de sus playas para campeonatos de surf a los que acuden participantes de todo el mundo. Por todo ello, vamos a proponerte una visita a estas tierras mágicas y de una belleza extraordinaria.

Los pueblos más bonitos del País Vasco Francés

Esta zona del suroeste de Francia posee algunos de los pueblos más bonitos del país. Además, son tan diferentes que unos representan el cosmopolitismo que te mencionábamos y otros ofrecen un aspecto que poco ha cambiado desde el siglo XVII. Los primeros son los que se encuentran en la costa, mientras que los segundos suelen hallarse el interior.

Vista de Hendaya

Hendaya

Hendaya

Es la primera localidad marítima que nos encontramos al cruzar la frontera española por el río Bidasoa. Su ubicación estratégica le ha conferido una enorme importancia histórica que se refleja en algunos de sus monumentos como el impresionante castillo Abaddia o la propia estación de ferrocarril donde tuvo lugar el encuentro entre Franco y Hitler.

Pero lo más bonito de Hendaya quizá sea su casco viejo, con sus casonas típicas vascas y la iglesia de San Vicente, construida en el siglo XVI. E igualmente sus preciosas playas y formaciones rocosas costeras, conocidas como flysch. Respecto a estas, no dejes de pasear por el Camino de la Bahía para disfrutar de las magníficas vistas de la costa Cantábrica.

Además, en medio del Bidasoa se halla la isla de los Faisanes, también cargada de historia. Como curiosidad, te diremos que su soberanía es compartida por Francia y España, siendo el condominio más pequeño del mundo. Ya en 1463, allí se entrevistaron los monarcas Luis XI y Enrique IV de Castilla. Y también en la isla se firmó el Tratado de los Pirineos en 1659, que ponía fin a una de las más violentas guerras entre ambos países.

San Juan de Luz

Es la segunda localidad que encontrarás si sigues la costa del País Vasco Francés hacia el norte. Es un precioso pueblo de apenas quince mil habitantes con una espectacular bahía y una no menos maravillosa playa. Si recorres el paseo marítimo que la circunda, verás magníficas casas típicas vascas, muchas de ellas del siglo XVII, que están unidas a ese paseo por pequeños puentes.

También destaca en la localidad la iglesia de San Juan Bautista, edificada en el mismo siglo y con un imponente altar barroco ante el cual se casaron Luis XIV de Francia y la española María Teresa.

Precisamente este acontecimiento dio lugar a otros dos monumentos de la villa: la preciosa Casa de Luis XIV y la imponente Mansión de la Infanta, ambas en perfecto estado de conservación. Finalmente, no debes abandonar San Juan de Luz sin transitar por su calle más típica: la Rue Gambetta, llena de tiendas y bares tradicionales.

Imagen de Villa Belza, en Biarritz

Villa Belza (Biarritz)

Biarritz

Más grande que las anteriores, Biarritz fue durante el siglo XIX uno de los destinos turísticos favoritos, no solo de la aristocracia francesa, sino también de los nobles de toda Europa. A ello contribuyó poderosamente el hecho de que el Emperador Luis Napoleón III veranease allí y también su carácter de ciudad balnearia.

En Biarritz puedes ver, seguramente a causa de lo que acabamos de explicarte, una magnífica iglesia ortodoxa que hicieron los aristócratas rusos que pasaban sus veranos allí. Otros monumentos religiosos interesantes son la iglesia de San Martín, edificada en el siglo XII, y la de Santa Eugenia, una preciosidad neogótica de fines del XIX.

Pero destacan sobre todo en la villa francesa el edificio del casino, una magnífica muestra de arquitectura Art Decó; el impresionante Hotel du Palais, donde se alojó precisamente Napoleón III y que actualmente sigue siendo alojamiento turístico y el faro de Biarritz, con casi doscientos años de antigüedad y 74 imponentes metros de altura, al cual se accede a través de una escalera con 250 peldaños. Sin olvidar la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, una joya de estilo románico bizantino edificada en 1864 para la Emperatriz Eugenia de Montijo.

Vista de Bayona

Bayona

Bayona

Si dejas la costa y te diriges al interior, aunque muy cerca del litoral hallarás la ciudad más importante del País Vasco Francés: Bayona. De hecho, también parece marinera, pues se halla en la confluencia de los ríos Adur, Errobi y Nive.
Además, es una localidad muy importante en la historia de España, ya que en ella abdicaron Carlos IV y Fernando VII en favor de Napoleón Bonaparte sus derechos al trono de nuestro país. Lo hicieron en el castillo de Marracq, del cual hoy solo queda apenas una fachada.

Muy distinto es el caso de la catedral de Santa María, que verás en perfecto estado de conservación. Edificada en el siglo XIII siguiendo los cánones del gótico, es Patrimonio de la Humanidad desde 1998. Destacan sus dos campanarios de 85 metros de altura y su impresionante claustro. Asimismo, en su interior puedes ver el sepulcro de San León, patrón de Bayona.

El patrimonio monumental de la localidad se completa con los castillos Viejo y Nuevo. El primero es del siglo XI, mientras que el segundo fue construido sobre una colina en el XIII y actualmente es la sede del Museo Vasco.
Por otra parte, te recomendamos que des un paseo por la Rue de España, la calle más antigua de la ciudad, que acaba, justamente, en la Puerta de España. No dejes de probar el chocolate que te ofrecen las muchas confiterías de esa calle. Es tan bueno que incluso hay un museo dedicado a él.

Ezpelette o Ezpeleta

Para llegar a esta pintoresca localidad, tienes que emprender la ruta de vuelta hacia España, aunque también desviándote hacia el interior. Es una pequeña villa de unos dos mil quinientos habitantes que parece anclada en el pasado por sus calles estrechas de casas típicas vascas con riestras de pimientos, la hortaliza que le ha dado fama desde el siglo XVI, colgados en sus balcones.

También debes ver su iglesia del siglo XVII y su hermoso castillo de los Varones. Pero, además, observa los pottoka, una raza de caballos pequeños y autóctonos de la zona que apenas ha cambiado desde el Neolítico.

Foto de Ezpeleta

Espelette o Ezpeleta

Ainhoa

Puedes terminar tu recorrido por el País Vasco Francés en esta localidad que se halla al este de la anterior, casi lindando con España. Es otra pintoresca villa conformada por una sola calle de caserones típicos del siglo XVII. Forma parte del Camino Francés de Peregrinación a Santiago de Compostela y posee un rico patrimonio monumental en relación con su tamaño.

Así, puedes ver la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XIII; el frontón, a un lado del templo y que se edificó a mediados del XIX, y el lavadero Alaxurruta, que mana agua de las montañas y que, en 1858, fue visitado por Napoleón III.

Pero, quizá, lo más bonito de Ainhoa sean sus alrededores. Se trata de casi quinientas hectáreas de bosques y montañas perfectas para que hagas senderismo. La más famosa de estas rutas tiene una historia legendaria. Es el sendero de los Contrabandistas, por el que transitaban estos personajes con sus mercancías de camino a España.

Foto de Ainhoa

Ainhoa

Gastronomía del País Vasco Francés

No puedes acabar tu viaje por esta maravilla de territorio sin probar su contundente y sabrosa gastronomía. Ya te hemos hablado de los famosos pimientos de Ezpeleta, con su sabor intenso y levemente picante, pero la zona es rica en otros muchos productos. Por ejemplo, los quesos, ya sean de vaca, de cabra o de oveja, tan exquisitos que cuentan con denominaciones de origen como la de Ossau-Iraty. O el jamón serrano, tan típico de Bayona que ostenta el título de Indicación Geográfica Protegida desde 1998. Sin olvidar el chocolate de esta última ciudad y del cual ya te hemos hablado.

Precisamente un plato típico es el jamón frito acompañado de «piperrada», una fritada de pimiento verde y rojo, cebolla y tomate. Otras recetas que debes probar son la axoa de Ezpeleta, un guiso que se hace con carne de buey y los pimientos de la zona, o el salmis de palomas al estilo Etxalar. Los platos de carne se completan con el civet de liebre, el rable o lomo de conejo y los cocinados con pato u oca.

Respecto a los de pescado, puedes comenzar por el Ttoro, una sopa elaborada con esta materia prima previamente hecha al horno. Y seguir con el bacalao a la Basquaise, con pimiento, tomate y cebolla fritos, o los chipirores al Luzienne, con tomate.

El postre más típico es el gateau basque, una tarta de masa almendrada que se rellena con crema pastelera, aunque en la receta original se usaba confitura de cerezas de Itxassou. También puedes acabar tu comida con un requesón o una cuajada elaborados con leche de la zona.

El gateau basque

Gateau basque

Y, para beber, un vino de la región. Los más conocidos son los de Iroleguy, villa próxima a San Juan de Pie de Puerto que cuentan con denominación de origen. Son caldos muy tánicos, densos y largos entre los cuales destacan los rosados.

Cómo llegar a las localidades del País Vasco Francés

Para llegar a la zona francesa del País Vasco debes cruzar la frontera por Fuenterrabía a Hendaya. Una vez allí, la mejor manera de recorrer sus localidades es en coche. En el país vecino hay buenos medios de transporte público. Pero, si utilizas tu propio vehículo, tendrás libertad para hacer el trayecto a tu manera, parando donde te apetezca para disfrutar de los paisajes y de la exquisita gastronomía. Siguiendo la carretera D912, irás a San Juan de Luz y, para llegar hasta Biarritz, tienes que tomar la D911. Tu siguiente parada será Bayona, a la que llegarás por la carretera D260.

También puedes hacer este itinerario por la autopista A-63, que llega hasta Burdeos. Sin embargo, te perderás los maravillosos paisajes costeros que te brindan las rutas anteriores.

Después, si quieres dirigirte a Ezpeleta, tienes dos posibilidades. O bien vuelves por la ruta que has llevado y te desvías por la D918 que pasa por Ascain y Saint-Pée-Sur-Nivelle. O tomas en Bayona la D932 y a continuación la D20. Y justamente esta última te llevará a Ainhoa. Finalmente, desde esta localidad puedes salir a la citada D918 y a la A-63 para regresar a la frontera con España.


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