El Panteón Griego

Dioses del aire. Todas las fuerzas del cielo están personificadas por Zeus, que lanza el rayo y acumula o disipa las nubes a su antojo. Representa también el orden de la naturaleza, a este título es dueño del mundo, padre todopoderoso de dioses y de hombres.
La pureza del cielo es Hera, la esposa de Zeus. La lluvia que cae del cielo y penetra en la tierra, en el suelo es Hermes que trasmite las órdenes de Zeus y conduce las almas al infierno. El arco iris es Iris, la mensajera de los dioses. El sol es el joven y radiante Apolo, el arquero divino de las flechas de oro, dios que seca los pantanos y terrible cuando castiga con insolaciones. La luna es la blanca Artemisa, la diosa cazadora cuyo arco de plata hiere a las fieras de la montaña. El viento del norte es Bóreas, el del sur Noto, el del este Euro, el del oeste Céfiro, todos obedecen a su dueño Eolo, que los tiene encerrados en la caverna del volcán Etna. Los griegos habían divinizado a todos los aspectos del mar, su segunda patria. El mar favorable o terrible era Poseidón, que con su tridente encrespa las olas o apacigua las tempestades. El mar que limita las cosas Anfitrile. El mar en calma era representado por la figura del dios Nereo. En la desembocadura de los ríos reside la diosa Tetis, la de los pies de plata. En el tumulto de las olas los griegos creían distinguir las trompetas de los Tritones, y en el balanceo de las mismas, veían las gracias de las Nereidas. Estos dioses marinos tenían generalmente figura humana terminada en cola de pez.