El llamado Palacio del Infantado es un palacio, como bien su nombre indica, con detalles de fortaleza y cuenta con un estilo gótico isabelino. Se le llama así como ser parte de un estilo propio de la Corona de Castilla. Un dato más para disfrutar de una belleza única que se ubica en Guadalajara.
Su construcción comenzó a finales del siglo XV, por orden de Íñigo López de Mendoza. Se dice del Palacio del Infantado que es único en su género cuando los autores quieren referirse a una obra como esta. Tanto la parte de la fachada como todo lo que nos encontraremos en su interior, no dejarán de sorprendernos.
La historia del Palacio del Infantado
Este palacio se encuentra en la Plaza de España, lugar donde se ubicaban las casas principales de la familia. Pero tiempo después, Íñigo López de Mendoza las mandó derruir para poder levantar un nuevo edificio. En primer lugar se dejo ver la fachada, que ya para el 1483 estaba finalizada. Luego vino la construcción del patio y finalmente, se podía apreciar su estructura básica. En el siglo XVI tuvo lugar aquí, la boda entre Felipe II con Isabel de Valois. Unos años después comenzaron algunas reformas: Se abrieron nuevas ventanas, se decoraron los techos de los salones y también se presentó el jardín mitológico.
Cuando los Mendoza tuvieron que dejar Guadalajara, entonces el palacio quedó sin huéspedes. Claro que a finales del siglo XIX se vendió parte del mismo al ayuntamiento. Uno de los usos que tuvo tras esta venta, fue el de colegio para los huérfanos de padres militares. Claro que en plena guerra civil del 1936, el Palacio del Infantado fue seriamente atacado. En los años 60 se vuelve a habilitar, pero es cierto que algo se perdió durante la guerra y aunque luce como nunca, se dice que algo de esplendor no volvió a él. Hoy en día hay que decir que es la sede del Museo Provincial.
Una visita por el Palacio del Infantado
Si tenemos que describir su estilo, se podría decir que cuenta con detalles góticos, como sucede en la parte de los balcones. Pero en la fachada también hay pinceladas de la herencia morisca, hasta llegar al arte mudéjar y quedarse con el gótico isabelino que ya hemos mencionado. Por eso, cada parte que compone una visita a este lugar, nos dejarán con rincones de lo más especiales.
La fachada
Al ver la fachada tenemos que hablar del arte gótico civil. Se trata de un estilo que se desarrolló en Europa a finales de la Edad Media. En esta fachada destacarán unas piezas en forma de diamante que aparecen en punta o salientes. Pero si alzamos la vista, vemos que los balcones parecen darnos la bienvenida. Para poder entrar por la puerta principal, lo haremos en esta parte. Pero no te esperes tener una puerta bien centrada, sino que la encontrarás en la parte izquierda. La fachada está hecha en caliza que se traía de una zona que estaba a más de 50 kilómetros de este lugar.
La portada
La portada también bien se merece nuestra atención, al igual que ocurre con todo el resto del palacio. Tiene muchos detalles de otros edificios del siglo XIV. La puerta se encuentra entre dos columnas. Cuenta con un arco y con diversas figuras así como un escudo, el de lo Mendoza, que se ve cómo dos varones lo sujetan.
El Patio Central o Patio de los Leones
Cuenta con una forma rectangular y cuenta con doble arquería. Ya que se compone de galerías con arcos, tanto en su parte inferior como en la superior, que también es muy similar. Claro que las galerías están sujetas por una serie de columnas y estas, son de origen toscano. El emblema de uno de los Mendoza eran los leones y allí también están retratados. Aquí también se podrán ver los escudos así como letras en gótico que explica la historia de un palacio así.
El jardín
Aunque no era algo frecuente decorar estos lugares con grandes jardines, parece que aquí las normas se rompieron. De este modo, se deja ver otro de los lugares que le otorgan gran belleza y desde donde podremos apreciar todos los detalles de forma más sencilla.
El interior del palacio
En la parte interior nos encontramos con el Museo de Guadalajara. Ya que será este quien ocupe gran parte del palacio. Donde se suelen colocar las exposiciones temporales, fueron las habitaciones privadas del duque. Todavía se conservan algunos frescos que datan del XVI. También en la plata baja se puede apreciar diversas pinturas para empaparnos más del arte de ayer y siempre.
Horarios y precios
Hay que decir que la entrada al Patio de los Leones es totalmente gratuita. Así que, desde el martes hasta el domingo podrás acceder a él, a partir de las 9:00 h. y por la tarde hasta las 20:00 h. Puedes entrar a ver solo esta parte o quedarte y disfrutar también de la zona del museo. Desde luego, bien merece la pena y es que por ella se paga 3 euros. Los lunes estará cerrado y el museo también el domingo por la tarde. Hay que tener en cuenta que el día de Navidad, el 31 de diciembre, el viernes santo o el primero de mayo, también estará cerrado. Además, hay que tener en cuenta algunos días más de fiestas locales como el 8 de septiembre.