Para muchos y muchas visitar el Barrio Rojo de Ámsterdam es algo obligado si vas a la capital holandesa, pero quizás lo que no sabes es que la prostitución se legalizó en Holanda el 1 de octubre del año 2000 cuando se levantó la prohibición que pesaba sobre los burdeles desde el año 1911.
Con esta legalización se consiguió además que en el Código Penal se incluyera un artículo que convierte en punibles todas las formas de explotación, se revisó la ley para la protección de menores y se elevó la edad mínima para ejercer trabajos sexuales de 18 a 21 años. Te sigo contando algunos detalles de este tema en el que Holanda ha sido uno de los países pioneros.
Las autoridades municipales son las encargadas de diseñar las políticas en materia de prostitución, de hecho la prostitución en escaparates, como la del Barrio Rojo de Ámsterdam, solo está permitida en 13 ciudades holandesas. Una legislación puede variar en una ciudad respecto a otra, pero en todas las ciudades se prohíbe la prostitución callejera. Los clubes, las agencias de escorts, los masajes sexuales, los cines X, los bares de intercambio de parejas o la prostitución en casas particulares están legalizados en la mayoría de ellas y se regulan mediante un sistema de licencias.
Por su parte, los trabajadores y trabajadoras del sexo tienen que pagar impuestos y tener un seguro privado de salud, además del pasaporte en regla, por supuesto. Sin embargo, la sociedad sigue viendo mal la prostitución, es decir, a pesar de que legalmente su trabajo está reconocido y contribuye más que otros sectores a impulsar la economía holandesa, la sociedad sigue estigmatizando al colectivo. En el año 2015 la prostitución legal, superó los 2.500 millones de euros, lo que equivale o el 0,4% del PIB, más que la industria quesera del país.
También hace pocas semanas conocí a través de las noticias, que a partir del año que viene, surgirá un nuevo patrón de burdel, el proyecto My Red Light, un establecimiento que será administrado por las mismas prostitutas a modo de cooperativa.