Ícaro, el que voló demasiado cerca del sol

Ícaro

Uno de los personajes de la mitología griega que mas fama tiene es Ícaro, el hijo del maestro artesano Dédalos  oriundo de Atenas.  Dédalos construyó el famoso Laberinto del Rey Minos en Creta, aquel que estaba en el Palacio de Knossos y encerraba al peligroso Minotauro, la criatura mitad hombre, mitad monstruo nacido de un toro cretense y su propia esposa.  Pero Minos no era muy buen tipo que digamos y terminó encerrando a Dédalos en el laberinto ya que el artesano le había entregado a la hija del rey un hilo para que ella pudiera ayudar a escapar a Teseo, el enemigo de su padre, encerrado también en el juego.

Sabemos que Teseo finalmente logró matar al minotauro y salir del laberinto con el «hilo de Aridana» para después escapar con la joven y abandonarla en una isla pero si miramos de nuevo la historia el personaje de Ícaro atrae nuestro interés. Dédalos también le construyó a su hijo un par de alas de cera y las usó primero para salir de la isla. Le advirtió después que no volara muy cerca del sol o del mar y que siguiera su camino en el vuelo. Pero el muchacho era curioso así que en pleno vuelo se acercó mucho al sol y el calor derritió las alas y las plumas así que cayó al mar. Hoy esta parte del mar se llama Mar de Ícaro.

Foto: vía Dipity


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