Calzada del Gigante

La calzada del Gigante

Vista de la Calzada del Gigante

La Calzada del Gigante es una maravilla geológica que se halla en plena costa de Irlanda. Más concretamente, en el condado de Antrim, cuyo litoral conforma de por sí uno de los paisajes más espectaculares del mundo por sus vertiginosos acantilados y lo verde de sus terrenos.

También podemos calificarte la Calzada del Gigante como una rareza del mundo natural y como una visión única en todo el planeta. No en balde, es una de las mayores atracciones turísticas de Irlanda del Norte, con más de un millón de visitantes al año y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986. Si quieres saber más sobre la Calzada del Gigante, te animamos a seguir leyendo.

Descubrimiento de la Calzada del Gigante

Aunque lleva en el lugar donde se encuentra millones de años, la Calzada fue descubierta en 1693. La explicación a ello debemos buscarla en lo aislado del lugar, que tenía un difícil acceso, y en que se halla en plena orilla del océano por lo que bien pudo pasar desapercibida para los visitantes.

El autor del hallazgo fue el obispo de Londonderry. Y, un año después, la prestigiosa Royal Society dio a conocer su existencia al mundo generando no pocas discusiones. El motivo fue que los expertos tardaron mucho tiempo en ponerse de acuerdo para dar una explicación científica a tal fenómeno natural.

La explicación geológica

Aunque en la actualidad no hay volcanes en la zona, hace sesenta millones de años esta parte de la isla de Irlanda registraba mucha actividad volcánica. Una erupción de lava que se enfrió repentinamente al entrar en contacto con el océano dio lugar a rocas basálticas. A su vez, estas adoptaron su forma hexagonal porque es la manera en que la naturaleza aprovecha el espacio con el menor volumen de material posible. Para ponerte un ejemplo, sería parecido a una colmena de abejas.

Las piedras hexagonales de la Calzada del Gigante

Piedras hexagonales de la Calzada del Gigante

El resultado son más de cuarenta mil columnas de piedra con la citada forma hexagonal que dan lugar a una especie de gigantesco camino hasta la orilla del mar.

No obstante, si continúas andando en dirección a la bahía de Port Noffer, verás un paisaje igual de sorprendente. Porque, después de pasar por lo que llaman las Puertas del Gigante hallarás una enorme roca en forma de zapato a la cual denominan la Bota del Gigante y también un conjunto de columnas más altas y casi perfectas en su similitud que es el Órgano de Finn.

Justamente este último nombre nos lleva a la explicación mitológica que se dio a este fenómeno natural. Irlanda es tierra de leyendas y una maravilla tan extraña como la Calzada no podía quedar ajena a ellas. Además, es una historia realmente bonita que no nos resistimos a contarte.

La explicación mitológica

Reza la leyenda que en la zona vivía un gigante llamado Finn McCool que tenía una gran enemistad con Bennandoner, otro coloso que vivía en la isla escocesa de Staffa. Todos los días se lanzaban enormes piedras uno a otro de tal suerte que aquellos enormes bloques terminaron por unir la citada isla con la costa de Antrim formando la Calzada que hoy conocemos.

Sin embargo, la historia no termina ahí. Ahora viene la mejor parte. Bennandoner decidió terminar con sus enfrentamientos cruzando la Calzada para dar muerte a Finn. Cuando estaba llegando a Antrim fue avistado por Finn, quien se asustó al observar que era mucho más grande que él. Corrió a su casa para esconderse pero Oonagh, esposa del temeroso gigante, discurrió una idea mejor.

Foto de la Calzada del Gigante

Otra vista de la Calzada del Gigante

Vistió a Finn con ropas de bebé y, cuando llegó hasta su puerta Bennandoner, le dijo que su enemigo no estaba, pero que procurara no despertar al hijo de este, que dormía la siesta. Al tiempo, le enseñaba a Finn vestido infantilmente. El coloso escocés pensó entonces que, si el bebé era tan enorme, cómo sería el tamaño de su padre. Asustado, volvió a cruzar la Calzada del Gigante para regresar a Staffa y, como medida para evitar que Finn le persiguiera, según iba pasando por la parte central de la calzada, iba destruyéndola.

Sin duda, se trata de una historia mucho más bonita que la explicación científica, más prosaica. Y es que, si en algún lugar nacen leyendas como esta, tiene que ser en Irlanda, una tierra tan mítica como mágica.

Cómo visitar la Calzada del Gigante

Lo primero que queremos aconsejarte es que visites esta maravilla geológica con toda la calma del mundo. Porque ofrece más de lo que sus piedras indican. La Calzada toma distintos colores a lo largo del día según donde dé el sol, tonos que van desde el verde al gris pasando por cálidos marrones rojizos.

Para visitar la Calzada del Gigante tienes dos posibilidades. La primera es ir al Centro de Interpretación, un moderno edificio bien integrado en el entorno donde recibirás información sobre cómo se formó esta curiosidad de la naturaleza, la leyenda que te hemos contado y otros aspectos. Después, solo tiene que seguir el camino hasta la Calzada.

Sin embargo, no te recomendamos que visites el Centro de Interpretación. Van a darte poca más información de la que ya conoces y es caro, pues el precio de la entrada ronda los veintiún euros. Es necesario que te aclaremos que la visita a la Calzada es gratuita, el dinero citado lo pagarás por acceder al mencionado edificio.

Vista del Órgano de Finn

El Órgano de Finn

Por tanto, si decides olvidarte del Centro de Interpretación, puedes tomar la ruta de la Calzada directamente, que parte junto a aquel. Y en este segundo caso también tienes dos caminos. Uno es la Ruta Azul, la cual transita por la acera construida en la carretera que lleva hasta el monumento natural. Tardarás unos veinte minutos y, además, podrás ver dos preciosas bahías: la de Portnaboe y la de Port Ganny. También hay un servicio de autobús hasta la Calzada que cuesta tan solo un euro.

El otro camino es la Ruta Roja, que es algo más complicada pero a cambio te ofrece una maravillosa panorámica de la Calzada desde lo alto de la montaña que la precede. La vista es extraordinaria pues, además de aquella, tienes unas espectaculares imágenes de la preciosa costa irlandesa. Además, te permite hacerte una idea más completa de las colosales dimensiones de la Calzada.

Nuestra recomendación es que, si estáis en buena forma física, vayáis al monumento natural por una ruta y regreséis por la otra. De esta forma, podréis ver la Calzada desde todas las partes posibles.

Cuándo es el mejor momento para visitar la Calzada del Gigante

La mejor época para visitar la Calzada del Gigante es el verano. Los días son más largos y soleados con lo que evitarás malas condiciones climatológicas. Sin embargo, el estío tiene la desventaja de que hay muchos más turistas que en otras épocas del año.

Por ello, te aconsejamos que vayas al amanecer, antes de que llegue el grueso de visitantes. De esta forma, asimismo, podrás observar una maravillosa salida del sol reflejada sobre las milenarias piedras de la Calzada. Otro tanto podemos decirte del atardecer, con una puesta de sol realmente inolvidable.

Vista del camino a la Calzada

Camino a la Calzada del Gigante

Cómo llegar a esta zona del condado de Antrim

Puedes llegar a esta maravilla de la naturaleza por varios medios. Lo más lógico es que viajes hasta ella desde Belfast o Londonderry y, en ambos casos tienes líneas de autobús que te llevan. Los horarios dependen de cada estación del año por lo cual no podemos precisártelos.

También puedes elegir el ferrocarril. La estación más cercana es Coleraine, que está a diecisiete kilómetros del monumento natural. Desde esa localidad tienes igualmente un servicio de autobuses.

Pero nuestra recomendación es que alquiles un coche y vayas a la Calzada del Gigante recorriendo la costa que se halla entre Belfast y Causeway porque verás paisajes maravillosos de pequeños pueblos pesqueros y colosales acantilados. Son localidades como Larne, Glenarm, Ballygalley o Cushendall que además conservan reminiscencias medievales. Y, al otro lado de la carretera, encontrarás los llamados Glens de Antrim, antiguos valles glaciares teñidos de un intenso color verde.

Qué más puedes ver en la zona de Antrim

Aunque la Calzada del Gigante justifica más que de sobra una excursión a Causeway, también puedes aprovechar el viaje para ver otras atracciones de la zona que están muy próximas a esta maravilla natural.

Por ejemplo, el puente colgante de Carrick-a-Rede, al que se llega descendiendo por los acantilados de que te hablábamos y que es una de las atracciones más visitadas de Irlanda del Norte. Apenas mide veinte metros pero la majestuosidad del paisaje y, sobre todo, su altura (unos treinta metros sobre las rocas costeras), hacen que cruzar el puente sea una experiencia impresionante.

El castillo de Carrickfergus

Castillo de Carrickfergus

También debes visitar el maravilloso castillo de Dunluce, una antigua fortaleza que hoy está en ruinas pero es Patrimonio Nacional de Irlanda. Son los restos de una imponente construcción cuya sola imagen, al borde mismo del acantilado y desafiando al océano, es realmente impresionante. No es nada extraño que en él se rodasen algunas escenas de la popular serie ‘Juego de Tronos’. Ni que anteriormente sirviera de inspiración a C. S. Lewis para crear el castillo de Cair Paravel de ‘Las crónicas de Narnia’.

Pero, si de castillos hablamos, muy cerca tienes el de Carrickfergus, ubicado en el pueblo del mismo nombre. Es una imponente fortaleza normanda del siglo XII en las orillas del lago Belfast y que tiene fama de ser el castillo mejor conservado de toda Irlanda.

Finalmente, cerca de la Calzada del Gigante tienes la destilería de Bushmills, que, con cuatrocientos años de historia, es la más antigua del país. Cuenta con un centro del visitante donde puedes comprar una botella de su prestigioso whisky. Pero, sobre todo, te ofrece una visita guiada a sus instalaciones de casi una hora. Durante ella, podrás observar todo el proceso de fabricación del llamado «agua de la vida de Bushmills», que se mantiene en su forma artesanal. Y, naturalmente, también podrás degustarla.

En conclusión, la Calzada del Gigante, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una de las más grande curiosidades geológicas del mundo. Te recomendamos encarecidamente que la visites. Y, de paso, que disfrutes de la maravillosa Irlanda, con sus grandes extensiones de tierras verdes y sus colosales acantilados que desafían al océano.


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