Dentro de la provincia de L’Aquila, en la región de Abruzzo, hay un pueblo llamado Cocullo. No viven más de 300 personas y es más que un pueblo una pequeña aldea que está escondida en el Valle Peligna, entre los pueblos de Sulmona y de Avezzano.
Cocullo tiene orígenes romanos y es conocida no por sus paisajes sino por una fiesta muy particular que tiene lugar en honor de su santo patrono: Domenico di Sora. Estoy hablando del Festival de la Serpiente, la Fiesta de San Domenico, Festa dei Serpari.
Durante esta fiesta religiosa italiana la estatua del santo se lleva en procesión por las calles del pueblo. Hasta aquí, nada raro. Pero lo extraño es que sobre la cabeza de la estatua se colocan serpientes, muchas serpientes. Es más, podemos decir que la procesión es tanto del santo como de los reptiles. Los hombres que transportan todo se conocen casi como los pastores de las serpientes porque ellos son los encargados de recogerlas de los bosques vecinos y después, de devolverlas.
El Festival de la Serpiente de Cocullo tiene lugar cada 1 de mayo desde 2012 (antes era el primer jueves de mayo), y lo cierto es que por esta particularidad llegan vecinos de otros pueblos y también curiosos de otros países. Parece que la tradición tiene que ver con el ritual romano de Angitia, la diosa de la serpiente.