Capital de Sicilia, la ciudad de Palermo destaca por sus fuertes contrastes. El más relevante de ellos es el que apreciamos entre sus aristocráticos edificios, fruto de un pasado esplendoroso, y sus barrios más degradados, muestra evidente del secular atraso económico del sur respecto al norte de Italia. Pero estos últimos son lugares llenos de vida donde se conversa a voces y la vida pasa despacio.
Palermo es también una mezcla de culturas fenicia, cartaginesa, griega e incluso normanda y española. Una riqueza humana que contrasta también con los crímenes de la Mafia. Por todo ello y por mucho más, es una ciudad apasionante. Si quieres conocerla, te invitamos a acompañarnos.
Qué ver en Palermo
Una vez acostumbrados al caótico tráfico de Palermo (te recomendamos que no pierdas de vista los coches), tenemos mucho que ver en Palermo: ruinas cartaginesas, palacios renacentistas, iglesias barrocas o teatros neoclásicos. Pero, sobre todo el conjunto de monumentos englobados bajo la denominación Palermo árabe-normando y las catedrales de Cefalú y Monreale, que es Patrimonio de la Humanidad. Vamos a comenzar nuestra visita.
Palacio de Zisa
Recibe al visitante en una de las entradas de la localidad, la vía Calatafami y se halla frente al monasterio de los Capuchinos, donde están las catacumbas del mismo nombre. Es un impresionante edificio de estilo, justamente, árabe-normando cuya construcción se inició en el siglo XII. Puedes visitarlo y observar en su interior piezas de arte islámico y una fuente árabe en la sala central.
Palacio de los Normandos
Siguiendo hacia el centro de Palermo y unido a la espectacular Porta Nuova, edificada en 1583 como entrada a la ciudad, tienes el Palacio de los Normandos, otra muestra de la arquitectura que combina el estilo de este pueblo con el del árabe.
Además, este imponente edificio construido en el siglo IX alberga en su interior la Capilla Palatina, que era la de los reyes normandos de Sicilia y que combina los estilos anteriores con el bizantino. Como resultado, tiene una cúpula de basílica, seis arcos ojivales y tres ábsides. Pero, sobre todo, te llamará la atención su interior, lleno de preciosos mosaicos y obras de arte.
Palacio Sclafani y villa Bonnano
Siguiendo la calle en sentido descendente, hallamos el Palacio Sclafani, construido en el siglo XIV y que presenta una portada de arco levemente apuntado con varios aljimeces en su segundo piso. Asimismo, unida a este edificio está Villa Bonnano, que, pese a su nombre, es un precioso jardín modernista. Por cierto, te interesará saber que, de uno de sus extremos, parten los autobuses turísticos que enseñan Palermo a los visitantes.
Catedral de Monreale
Atravesando la Porta Nuova, llegarás a la vía Vittorio Emanuele, que atraviesa todo el casco antiguo y es una de las calles más populares de Palermo. Pero antes hallarás la catedral de Monreale o de Santa maría Nuova, considerada una de las mejores construcciones árabe-normandas del mundo.
Fue inaugurada en 1172 por Guillermo II de Sicilia, quien está enterrado en ella y, si espectacular es por fuera, más aún lo es por dentro. Todo su interior está cubierto por mosaicos dorados que representan escenas de la Biblia y, además, cuenta con un espectacular claustro de 228 columnas también profusamente decoradas.
Quattro Canti
En la esquina de la anterior calle con la vía Maqueda, más concretamente en la plaza Vigliena, hallarás los Quattro Canti. Son cuatro fachadas en forma cóncava de edificios neoclásicos que albergan estatuas de las cuatro santas palermitanas, de los cuatro reyes españoles de Nápoles y Sicilia y de las cuatro estaciones.
Iglesias de San Cataldo y de la Martorana
También forman parte de las construcciones árabe-normandas de Palermo. Están muy cerca del monumento anterior, pasando la plaza Pretoria (donde verás la preciosa fuente del mismo nombre) y llegando a la plaza Bellini. La iglesia de San Cataldo fue construida en el siglo XII y en ella destacan sus tres cúpulas revocadas en color rojo, así como el suelo interior de mosaico. Por su parte, la de la Martorana destaca por su pluralidad de estilos.
Otros monumentos del Palermo árabe-normando
Entre ellos, destaca la catedral de Cefalú, construida en el siglo XII. Tiene planta de cruz latina con tres naves, un presbiterio y un ábside con pastoforia de influencia bizantina. Pero uno de sus rasgos más característicos es el conjunto de esculturas que representan bestiarios. También son abundantes en el templo los mosaicos entre los cuales destacan los del transepto.
También debes visitar el Puente del Almirante, acabado en torno a 1131, y la iglesia de San Juan de los Eremitas, que recuerda a la de San Cataldo por tener también cúpulas rojas de influencia árabe. En cambio, su campanario tiene más bien rasgos góticos.
Otros palacios
Al margen de la época normanda, puedes ver en Palermo otros palacios igualmente impresionantes. Así, el Abatellis, construido en el siglo XV, que es un precioso exponente del gótico catalán. Actualmente, encontrarás en él la Galeria Regional de Sicilia. E igualmente el palacio Natoli, de estilo neoclásico.
Teatro Massimo
Responde al mismo estilo del palacio anterior, aunque fue construido en el siglo XIX. Es un magnífico edificio que presenta pronao de columnas elevada sobre una gran escalera. Tras ella, una enorme cúpula semiesférica domina el tejado de la construcción. Es el teatro de ópera más grande de Italia.
Museos
En Palermo tienes tres museos que son visita ineludible. Uno es el Arqueológico, que alberga piezas de todas clases, pero sobre todo las halladas en los yacimientos de toda Sicilia. Otro, la Galería Regional, donde puedes ver pinturas y esculturas de autores como Giorgio Vasari, Jan Provost o Antonello da Messina. Y el tercero y más curioso es el Museo Internacional de Marionetas Antonio Pasqualino, con más de cuatrocientos autómatas llegados de todo el mundo.
Qué hacer en Palermo
Curiosamente, pese a tratarse de una ciudad costera, Palermo no tiene playa. Sin embargo, muy cerca las encontrarás preciosas. Por ejemplo, la playa de Mondello y las de Cefalú. E igualmente las que están en el golfo de Carini como la de Capaci y la de Isola delle Femmine.
Pero una de las mejores cosas que puedes hacer en la ciudad siciliana es recorrer sus mercados, algunos de ellos históricos. Destacan en este sentido el de La Vucciria, aunque últimamente ha perdido vigencia; el de Ballarò, que es el más grande y donde se vende, literalmente, a gritos (los llamados cánticos abbanniata), o el de Il Capo, con una extraordinaria gama cromática.
Otra posibilidad que te ofrece Palermo es realizar una excursión en barco por sus preciosas costas. Y también puedes visitar la ciudad a bordo de un motocarro típicamente siciliano. Para relajarte después de tanta visita, puedes dar un paseo por el Orto Botánico, los jardines de villa Nápoli o los de villa Bonnano, ya citados.
En cuanto a hostelería, cerca del mercado citado en primer lugar hay numerosos bares y terrazas. Destaca entre ellos la popular Taverna Azurra, que ofrece bebidas típicas como la sangue siciliano o el zibibbo a precios económicos. Muy cerca está Au Domino, más centrado en el ambiente nocturno.
El clima: cuándo es mejor visitar Palermo
La ciudad siciliana tiene un clima típicamente mediterráneo. Por tanto, es suave y templado. Los inviernos son frescos pero relativamente agradables. De hecho, el mes más frío es enero y presenta una temperatura media de doce grados centígrados. En cuanto a los veranos, son calurosos, sobre todo el mes de agosto, que promedia casi veintisiete grados. En general, la temperatura media al cabo del año ronda los dieciocho.
Por otra parte, no es un clima excesivamente lluvioso. Las precipitaciones se producen sobre todo en otoño y en el primer mes del invierno, con casi cien milímetros. En cambio, el verano es seco, con más probabilidades de lluvias en septiembre. Por todo ello, esta última estación es la mejor para visitar Palermo.
Gastronomía de Palermo
La rica historia de Sicilia en general y de Palermo en particular ha hecho que su gastronomía presente influencias tanto árabes como griegas. Sumando a estas la tradición mediterránea, la ciudad te ofrece una cocina exquisita.
Su carácter de localidad costera hace que los pescados frescos sean excelentes en Palermo. Pero también las carnes son de buena calidad. Y mejor aún las verduras, cultivadas en las huertas sicilianas. Con tan buen materia prima, los palermitanos elaboran platos deliciosos.
Entre los platos típicos, la pasta es la reina. Esto es común a toda Italia, pero en Palermo tienen a gala contar con la mejor del mundo. Bien es cierto que, si viajas a Milán o a Roma, te dirán lo mismo. Pero es cierto que se trata de pasta de muy buena calidad. Te recomendamos que la pruebes con le sarde, es decir, con sardinas, o que pidas pasta alla Norma, con queso, berenjenas y tomates.
Si salir de lo más típico, la sfincione es la pizza clásica de Palermo. Se caracteriza por tener el pan relleno y llevar queso caciocavallo, tomate, cebolla, anchoas y hierbas aromáticas por encima.
No obstante, la ciudad siciliana cuenta con otros platos exquisitos. En cuanto a los aperitivos, hallarás en casi todos los bares arancini. Son una especie de croquetas de arroz en cuyo centro llevan los más variados productos como queso, guisantes e incluso ragú. También son muy populares los panelle, unas tortas de harina de garbanzos que se hacen fritas.
Para picar, también tienes la stigghiola, una especie de pincho moruno que lleva intestino de vaca con cebolla y hierbas. La encontrarás por todas partes. Y el pannino con la milza, un bocadillo hecho con bazo y pulmón de vaca, queso rallado o limón. Sin embargo, estos dos platos no son para todo el mundo por razones obvias.
Más clásicos son algunos de los antipasti de Palermo. Esta denominación equivale a lo que nosotros llamamos entrantes o primeros platos. Muy popular es la caponata, un guiso que lleva berenjenas, cebolla, aceitunas y alcaparras. Y de influencia árabe es el cous-coús con pescado o verduras.
Respecto a los platos principales, tienes los involtini di pesce spada, unos rollitos de este pez que llevan dentro ajo, perejil e incluso pan o pistachos. Similar es la sarde a beccafico, solo que con sardinas. Y, en cuanto a las carnes, puedes probar las badduzze, un tipo de albódigas. Pero, sobre todo, el falsomagro, un rollo de ternera relleno de tiras de panceta, varios quesos y huevo.
Para finalizar tu comida, un buen postre. Son exquisitos los helados, como en casi toda Italia. Pero realmente típicos de la zona son los cannoli, pasteles rellenos de crema; la frutta Martorana, una especie de mazapán cuyo aspecto externo se asemeja algún tipo de fruta; la granita, que vendría a ser como nuestro granizado, o la cassata siciliana, una tarta hecha de bizcocho, también mazapán y queso ricota. Si a alguno de estos platos le añades un capuchino, quedarás como un príncipe después de comer.
Cómo llegar a Palermo
La ciudad italiana tiene el aeropuerto internacional de Palermo-Punta Raisi, al que llegan vuelos desde España. También se le conoce por Falcone Borsellino, en honor a dos jueces asesinados por la Mafia. Si bien está a 35 kilómetros de la ciudad, puedes llegar hasta ella mediante la línea A del metro.
Esta recorre el área urbana del noreste al sudeste y cuenta con 14 estaciones. La otra línea o B circunvala la localidad y tiene 4 estaciones. Ambas se encuentran en proyecto de ampliación.
También puedes llegar a Palermo por mar. El Puerto Civil es el más importante de Italia y está conectado con todos los países del Mediterráneo. E igualmente, pese a que Sicilia es una isla, a través del ferrocarril, que recorre la distancia marítima a bordo de un transbordador.
Finalmente, a la hora de moverte por Palermo, tienes una amplia red de autobuses. No obstante, es bastante impuntual y tendrás que armarte de paciencia. Tampoco te recomendamos un coche alquilado, ya que el tráfico en la ciudad siciliana es caótico. Por todo ello, lo mejor es que visites el centro histórico a pie. Y, para distancias un poco más grandes, utiliza el metro, si bien este tiene pocas paradas.
En conclusión, Palermo es una ciudad maravillosa y caótica. Te ofrece preciosos monumentos , algunos únicos en el mundo; una maravillosa gastronomía y mucha vida en sus calles. Anímate a visitarla.