La estatua de Giordano Bruno en el Campo de Fiori

El 9 de junio de 1889 fue inaugurada en el Campo de Fiori la estatua a Giordano Bruno, astrónomo, filósofo y poeta italiano, quien murió en Roma, condenado por la Inquisición y quemado en la hoguera, el 17 de febrero de 1600. Un hombre que ganó fama considerable durante el siglo XIX y principios del XX.

La estatua fue esculpida por Ettore Ferrari, maestro masón y firme partidario de la unificación italiana, con una inscripción en la base que dice lo siguiente: «A Bruno, il secolo da lui divinato, qui dove il rogo arse» (A Bruno, a quien el siglo le predijo, en el lugar donde fue quemado).

El 20 de abril de 1884, el Papa León XIII publicaba la encíclica Humanun Genus. Como respuesta, los masones decidieron crear una estatua del panteísta Giordano Bruno precisamente en el mismo lugar en el que la iglesia ordenó su ejecución. Durante su inauguración, el político radical Giovanni Bovio pronunció un discurso rodeado por más de cien banderas masónicas. Desde entonces esta plaza es punto de encuentro anual de asociaciones de ateos y librepensadores.

A pesar de ser una simple estatua, esta de Giordano Bruno es una de las imágenes más representativas del barrio del Trastevere. Un símbolo de la lucha por la libertad de las ideas y la condena del fanatismo religioso. Precisamente hoy, 9 de junio, se cumplen 125 años de su colocación en la plaza.

En octubre de 1890, poco más de un año después de la colocación de la estatua, el Papa León XIII solicitó en su encíclica Ab Apostolici la disolución de la masonería, advirtiendo a Italia de sus peligros.


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