La historia del chocolate suizo

chocolate suizo

Siendo Suiza un pequeño país alpino con un clima templado, sin un clima tropical ni tradición colonial… ¿Por qué es tan famoso y valorado el chocolate suizo? En este post te vamos a explicar su historia y cómo este producto se ha convertido en una de las grandes especialidades gastronómicas del país.

En la actualidad, en Suiza existen 18 empresas dedicadas al negocio del chocolate. Estas corporaciones dan trabajo a cerca de 4.400 empleados y facturan más de 1.600 millones de francos suizos al año (unos 1.500 millones de euros).

El chocolate suizo es muy reconocido por su calidad en todo el mundo, pero sobre dentro de sus propias fronteras. Los suizos consumen más de la mitad del chocolate que se produce en su país: 11,9 kilogramos per cápita de media según los últimos estudios, cifra que les coloca por delante de otros países amantes del chocolate como Alemania o el Reino Unido.

Pero el chocolate es también un icono de la identidad de los helvéticos, casi a la misma altura que los relojes de cuco, las navajas suizas o el secreto bancario.

La llegada del chocolate a tierras suizas

El cacao (xocolatl en lengua nahuatl) llegó a Europa de la mano de los españoles en el siglo XVI. Este delicioso producto se popularizó rápidamente a lo largo y ancho del viejo continente y acabó conquistando los paladares de los afortunados que podían permitírselo. No en vano fue originalmente un producto de lujo al alcance solamente de aristócratas y familias adineradas.

Zürich Suiza

Zürich, la primera ciudad de Suiza que probó el chocolate

Curiosamente, la llegada del chocolate a tierras suizas fue relativamente tardía. Fue en el año 1679 cuando el alcalde de Zürich, Henri Escher, probó con deleite su primera taza de chocolate caliente en Bruselas y decidió exportar la receta a Suiza.

Medio siglo después, las autoridades religiosas protestantes de Zürich decretaron su prohibición, por considerar al chocolate un producto afrodisíaco y pecaminoso. Otras ciudades suizas les imitaron, ero era demasiado tarde. La gente conocía y adoraba el chocolate, que entraba en la ciudades de forma ilegal y era consumido clandestinamente.

Finalmente, el sentido común se impuso y las ciudades de la Confederación Helvética volvieron a permitir el comercio y consumo de cacao a lo largo del siglo XVIII. Fueron los comerciantes italianos quienes lideraron la  introducción del chocolate en el país, no sin tener que afrontar ciertas dificultades.

La primera tienda dedicada a la venta de chocolate suizo abrió sus puertas en Berna en el año 1792.

La tradición del chocolate suizo

En el siglo XIX los pasteleros suizos ya habían aprendiendo todos los secretos de los cioccolatieri italianos y empezaron a atreverse a realizar sus propias creaciones.

Los grandes maestros

Por ejemplo, en el año 1826 Philippe Suchard creó el molino de rodillos en su pastelería de Neuchâtel, más o menos en la misma época en la que Charles-Amédée Kohler inventaba el chocolate con avellanas. En 1875 Henri Nestlé y Daniel Peter desarrollaron en la ciudad de Vevey la receta del chocolate con leche. Unos años después, Rodolphe Lindt inventó una amasadora especial para obtener un fino chocolate fondant llamado surfin. La tradición chocolatera suiza había nacido.

bombones de chocolate

Suiza es el primer productor mundial de chocolate

A principios del siglo XX, en el cantón de Los Grisones, los hermanos Josty regentaron una famosa pastelería que se convirtió en lugar de encuentro de intelectuales, políticos, artistas y escritores.

Unas décadas antes, otra pareja de hermanos originaria de Los Grisones, los hermanos Coletta, emprendieron la aventura empresarial de abrir una fábrica de chocolate en Copenhague. El éxito de aquella idea fue absoluto y muy pronto su negocio se expandió por Suecia y Noruega.

La «conquista escandinava» del chocolate suizo tiene otro nombre destacado: Karl Fazer, repostero que a finales del siglo XIX se convirtió en uno de los mayores productores de artículos de chocolate en Finlandia. En la actualidad, la famosa marca Coletta-Fazer domina el mercado escandinavo y es muy conocida también en Rusia, Polonia y los países bálticos.

chocolate suizo

Rodolphe Lindt perfeccionó a finales del siglo XIX la técnica del fondant.

La industria del chocolate suizo

En el año 1901, los productores de chocolate suizo se unieron para formar la Union libre des fabricants suisses de chocolat. En 1916 nació otra importante asociación: la Chambre Syndicale des fabricants suisses de chocolat, que más años después su nombre por el de Chocosuisse. Entre sus funciones destaca la de garantizar la calidad del chocolate suizo y velar por una política de precios uniforme.

Hasta la Primera Guerra Mundial, la industria del chocolate suizo estuvo principalmente orientada a la exportación. En 1918 la mitad del chocolate del mundo se producía en Suiza. Más adelante, la demanda del producto creció de forma espectacular dentro del propio país (ya hemos comentado antes que los suizos son muy golosos).

Así que los maestros chocolateros suizos, que han destacado históricamente por sus innovaciones y su capacidad de adaptación, diversificaron su oferta y en la actualidad fabrican una gran variedad de tipos de chocolate para satisfacer a los consumidores de todo el planeta.

Hoy las marcas de chocolate suizo dominan el mercado mundial, llenando de alegría y dulzura nuestras vidas.


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