La pólvora, un invento chino

Es cierto que la civilización china ha sido hacedora de muchos inventos importantes para la toda la Humanidad. Siempre ha sido un pueblo muy culto y mientras Europa navegaba en cierta oscuridad intelectual los científicos chinos surfeaban las olas del conocimiento desarrollando, por ejemplo, la pólvora.

Sí, la pólvora, ese polvo oscuro, volátil y explosivo que ha torcido a la Humanidad a un camino sin retorno: el de la fuerza. El caso es que durante la Dinastía Han (siglo XI), había en China numerosos alquimistas que encerrados en sus laboratorios se pasaban el día probando de todo, minerales o vegetales, para conseguir el «elixir de la vida», una sustancia que los convirtiera en inmortales, o la magia para transformar cualquier cosa en oro. Bueno, lo de siempre.

Y estaban en eso, provocando numerosos incendios, cuando uno de ellos, mezclando salitre, carbón vegetal y azufre en ciertas justas cantidades inventó la pólvora. Más tarde, durante la Dinastía Tang (siglo VIII), pudo establecerse la fórmula exacta para la «hou yao» (pólvora en chino) y entonces esta comenzó a usarse en la elaboración de fuegos artificiales y bengalas de señales. Pero la rueda había echado a andar así que no faltó mucho tiempo para que mentes inventivas dieran rienda suelta a la imaginación y aparecieron las primeras granadas de mano, sencillas, que volaban por el aire gracias a las catapultas.

Más tarde, durante la Dinastía Song, la pólvora comenzó a utilizarse en cohetes y fusiles y tubos de bambú rellenos con pólvora que se usaban como lanzallamas primitivos. Después vinieron los cañones y en la medida en que los chinos fueron descubriendo cuan exitosa era la pólvora para lograr objetivos militares, esta se popularizó… hasta saltar las fronteras. A estas alturas, ¿podéis imaginar un mundo sin pólvora?

Vía: Discovery


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