Muchos dicen que la entrada a la acrópolis de Atenas es la Puerta Beulé, aunque hay que decir que más correcto es decir que se trata de la salida. Tu circuito por la Acrópolis va a terminar en este punto una vez que dejes atrás Proplyea, aunque sea lo primero que veas de este antiguo sector de la capital griega.
Nos cuenta la historia que en el siglo III, en plena invasión heruliana, se hicieron algunas reparaciones en las murallas de la Acrópolis y entonces se construyo la que hoy llamamos Puerta Beulé. La idea fue restringir la entrada justo enfrente de Propylea y hacer que la Acrópolis fuera una suerte de fortaleza. Recién fue re descubierta en 1852 y se llama así, Beulé, pro el arqueólogo francés Ernest Beulé, el sujeto que la descubrió.
Lo cierto es que la Puerta Beulé es muy grande en su base y alguna vez tuvo una cuadriga como monumento a uno de los vice regentes romanos. Tiene dos torre de altura diferente y fue utilizada como estructura defensiva también.