Las mujeres en el Antiguo Egipto

Templo Kom Ombo

Ninguna civilización antigua ha respetado tanto a las mujeres como lo hicieron en el Antiguo Egipto. Allí, tenían por supuesto deberes que cumplir, pero éstos eran necesarios para lograr una igualdad de derechos entre seres humanos de ambos sexos. También los hombres tenían su función. Ésto no se veía como algo malo ni negativo: todo lo contrario. En la civilización actual es bastante común que haya competitividad, y que debido a esa »competición» podemos vernos inmersos en discusiones, o en conflictos mayores. Estos sucesos, lamentablemente tan frecuentes en la actualidad, no sucedían tanto ni tenían la misma intensidad que en la época moderna.

Los egipcios creían que había Orden (al que la dieron el nombre de Maat, un diosa femenina), y Caos (que llamaron Seth). Así pues, las mujeres podrían ser diosas. Pero aún hay más…

Aunque por lo general sólo un hombre podía convertirse en Faraón y que la mujer sólo podía aspirar a ser corregente, en realidad hubo varias Faraonas. Mujeres que consiguieron sentarse en el trono del Gobernador, y ser respetada por su pueblo. Hoy las conocemos como Hatshepsut, Nefertiti, y la lejendaria Cleopatra. Hubo algunas más, pero son las tres de las que se han encontrado más restos, de las que se ha podido averiguar más detalles sobre sus vidas.

Las tres tienen una historia parecida. El Faraón muere sin hijos, o con un hijo demasiado joven para gobernar. Entonces se casa con su hermana o hermanastra, de sangre real, que al final acaba por dejar en segundo plano a quien debería de ser el gobernante, para ser ella la que acabe llevando la corona que une a las Dos Tierras: el Alto y el Bajo Egipto.

Pintura

Pero hablemos un poco de las mujeres que vivían en poblados. Ellas, junto con las de sangre real, podían tener propiedades e incluso divorciarse si dejaba de querer a su marido. Trabajaba, junto con el hombre, en el campo, además de ser ella la encargada de darles la comida a aquellos magníficos obreros que construyeron los preciosos y enigmáticos monumentos que han llegado hasta nuestros días.


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