La capital y la ciudad más grande de Portugal también tiene sus secretos. Es por ello que si te estabas preguntando qué ver en Lisboa, aquí te contaremos sus principales rincones. Una selección de grandes leyendas a la par que patrimonios que una ciudad como ésta quiere compartir con nosotros.
Con el paso de las diferentes épocas, Lisboa se ha empapado de todas ellas dejando buena prueba en forma de monumentos y lugares dignos de ser visitados. Un repaso virtual que también puedes hacer realidad. Por si todavía no lo tienes claro, después de descubrir lo que sigue, sabrás bien qué ver en Lisboa.
Qué ver en Lisboa, Castillo de San Jorge
Uno de los puntos principales será el Castillo de San Jorge. Se trata de un castillo que está ubicado sobre una colina. Antiguamente se le conocía como el Castelo dos Mouros. Es una pieza clave que cuenta con unas vistas impresionantes de todo el casco antiguo de la ciudad. Data del siglo VI y ha tenido que ser restaurado debido a los saqueos y a los terremotos que ha sufrido.
Cuenta con unas once torres, así como calabozos y un gran patio. Dentro de él, nos encontraremos con la denominada Torre de Ulises, desde la cual, apreciaremos la ciudad en su esplendor. Para poder entrar, tienes que pagar una entrada que cuesta 8,50 euros. Tienes tanto horario de mañana como de tarde, hasta las 18:00 de noviembre a Febrero y hasta las 21:00 de marzo a octubre. Puedes llegar hasta este punto a través del tranvía 28, 12, Miradouro Santa Luzia.
Torre de Belém
La llamada aquitectura manuelina se refleja en ella. Cuando ya no servía como punto de defensa, pasó a ser una prisión. Aunque contó con varios usos más como pueden ser faro o centro de recaudación. Finalmente, fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Su construcción comenzó en el año 1516. Desde luego si tenemos que decir algo de ella es que se trata de uno de los monumentos más representativos de Lisboa.
Por lo que es otra de las paradas obligatorias. Cuenta con cinco pisos entre los que nos encontraremos: la sala del gobernador, sala de los reyes, sala de audiencias, capilla y por último, la terraza. Por 6 euros puedes acceder a ella. Los lunes está cerrada pero el resto del año puedes visitarla desde las 10:00 de la mañana hasta las 17:30 de octubre a abril y hasta las 18:30 de mayo a septiembre. Puedes llegar a ella gracias al tranvía 15 o al autobús, 714, 727 y 728.
La Baixa
Es uno de los barrios más importantes de Lisboa. Aunque sufrió el terremoto del siglo XVIII fue reconstruido tras él. Cuenta con un aire bastante clásico, para poder empaparnos de grandes recuerdos. En las fachadas de las casas veremos cómo los azulejos son los principales protagonistas. Hay que decir que es un barrio comercial, por lo que a cualquier hora del día estará bastante concurrido. Pero no solo eso, sino que nos vamos a encontrar con otros puntos clave, que iremos disfrutando según avance nuestro paseo.
Avenida de la libertad
Como su nombre indica, es una avenida de un kilómetro, aproximadamente. Cuenta con algunos edificios del siglo XIX. Las terrazas, los cafés y los mosaicos serán predominantes en este área.
Plaza de los Restauradores
Una plaza en cuyo centro se alza un obelisco en honor a los que se rebelaron en el año 1640. Dicho monumento cuenta con una combinación de bronce y oro, lo que representa la victoria. También se puede ver la palma y la corona como la libertad.
Plaça do Rossio
Justo al lado de los Restauradores, nos encontramos con Plaça do Rossio. También aquí te vas a encontrar con numerosos bares y restaurantes. Verás la estatua de Pedro IV, así como el Teatro Nacional Doña María II. A la izquierda del teatro, encontrarás la estación ferroviaria de Rossio y uno de los cafés más conocidos de Lisboa: Café Nicola.
Elevador de Santa Justa
También en esta zona se encuentra el elevador de Santa Justa. Este elevador te permitirá ir desde el punto de La Baixa que estamos comentando, hasta el llamado Barrio Alto. Claro que hoy en día también es otro de los grandes reclamos para los turistas. En el año 1902 se convirtió en medio de transporte para poder acceder a ambos puntos de la ciudad. Cuenta con 45 metros de altura y está en la calle que le da nombre, Santa Justa. Ida y vuelta en él, son 5 euros. Podrás disfrutarlo desde primera hora de la mañana hasta cerca de las 23:00 de la noche.
Paseo por el Barrio Alto
Lo hemos mencionado y tampoco se nos podía olvidar. Esta zona es perfecta para poder empaparte de todas las tradiciones de Lisboa. Los graffitis inundan las paredes y los fados es la música que se escucha a cada paso. Un paseo en el tranvía 28 te llevará a este lugar. No podemos marcharnos de él sin antes llegar al Miradouro de Sao Pedro de Alcántara. En este lugar tendremos unas vistas muy especiales de La Baixa, así como del Castillo de San Jorge.
Monasterio de los Jerónimos
Si hemos visto la Torre de Belém, ahora le toca el turno a otro de los puntos principales. Cuando nos preguntamos qué ver en Lisboa, tenemos claro que el Monasterio de los Jerónimos es uno de ellos. Fue en el año 1501 cuando comenzó su construcción. La iglesia cuenta con una nave y seis columnas. En ella se encuentran las tumbas de Vasco de Gama y Luís de Camoes. La entrada a la iglesia es gratuita pero si accedes al claustro, tendrás que abonar unos 10 euros.
Catedral de Lisboa
Sin duda, es la iglesia más antigua de toda la ciudad. Data del siglo XII y es de estilo románico. Eso sí, ha sido reformada varias veces. El claustro de este lugar es bastante parecido al del Monasterio de los Jerónimos. Aunque en él, podrás encontrarte con restos tanto romanos como árabes. Justo en la parte superior, se puede ver el denominado tesoro. Está compuesto por unas salas donde se encuentran joyas y diferentes reliquias.
Imprescindibles en Lisboa
Sin duda, todos los lugares anteriores son imprescindibles. Pero después de tanto paseo, siempre sienta bien un poco de descanso merecido. Qué mejor manera de darnos un respiro que tomando un rico postre. Los llamados Pasteis de Belem son uno de los verdaderos manjares de este lugar. Según parece, tienen una gran tradición desde el año 1837. El azúcar, la canela o la nata son algunos de sus principales ingredientes. Son muchos los lugares donde puedes encontrarlos. Aunque sin duda, cerca del Monasterio hay uno que lleva el mismo nombre que dichos postres. Será ahí donde puedas dejarte llevar por el sabor más tradicional. Recuerda probar alguna de las mermeladas porque una vez al año, un capricho, no hace daño.