En Londres hasta los guardias son una atracción

Beefeaters, bobbies, bearskinhat, ¿A qué te suenan estas palabras? Seguro que a todo menos a fuerzas del orden público. Vamos, que a nadie se le ocurriría llamar comedores de carne a los vigilantes de una torre, Beto a los policías, o cabeza de piel de oso a la guardia real. A nadie salvo a los propios londinenses, que tienen la costumbre de apodarlo todo.
Y no solo eso, sino que además los convierten en una sensacional atracción turística.
Los beefeaters son esos señores ya mayorcitos que vemos paseando en uniforme rojo por la Torre de Londres. Aunque pensamos que son simplemente guías turísticos (de hecho es lo que mayormente hacen), resultan que son verdaderos guardias, y que para tener ese puesto han tenido que estar en las fuerzas armadas británicas al menos 22 años y colgar en el pecho dos condecoraciones específicas; hasta hace poco, incluso, sólo había hombres. Los Yeomen, que así se llaman (bueno, en realidad el nombre oficial es mucho más largo, tanto que no lo vamos a repetir aquí), son guardianes de la Torre de Londres desde 1485. Su nombre común (beefeaters) no tiene un origen claro, pues algunos dicen que viene del hecho de que parte del salario se lo pagaban con carne de vacuno, otros que proviene del francés antiguo buffetier -el guardia que vigilaba la comida real. En todo caso, estos 36 guardias son todo una tradición londinense.
También lo son los guardias reales, vestidos con ese uniforme donde resalta el particular sombrero (que en realidad era muy común en los granaderos de todos los ejércitos europeos del siglo XVIII y parte del XIX, ¿un poco incómodo para pelear, no?). El cambio de guardia diario en el Palacio de Buckingham constituye un acontecimiento turístico que ningún visitante en Londres deja de presenciar. Aunque lo más divertido es ver a los centinelas con sus cuerpos rígidos, que parecen estatuas.
Por último, están los bobbies, es decir, los policías locales (tal parece que el nombre viene, como diminutivo de Robert, por Robert Peele, quien era ministro de interior cuando se creó el cuerpo), tan corteses y caballerosos. Tanto que normalmente no llevan siquiera armas de fuego (aunque con el incremento de la criminalidad eso ha ido cambiando).
Si viajas a Londres y no te tomas una foto al lado de alguno de esos tres tipos de agentes del orden, pues habrá perdido el tiempo.


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