Comer es uno de los placeres más deliciosos de la vida, y después de un buen plato fuerte, que mejor que degustar un dulce y delicioso postre, y más aún, si son realizados bajo los bien concebidos parámetros noruegos.
Estos apetitosos manjares tienen un aspecto particular en Noruega, el clima frío de la región, el cual permite que sus frutas crezcan lentamente, conservando un tamaño pequeño, pero con un sabor más encantador. Las más reconocidas en diversa variedad de recetas para postres son las manzanas, las fresas y las cerezas.
Son comunes también los quesos dulces, entre ellos el Geitost; el bizcocho esponjoso (al estilo de los alemanes); los pasteles daneses (conocidos como Wienerbrød o “pan vienés”); los panes dulces como el kaffebrød, que es un pan de café inigualable; las galletas y lo que consume el 80% de la población noruega, antes y después de las comidas, con o sin postre, solo o con licor, desde los más chicos hasta los más grandes. “el café”.