Una de las ciudades belgas más emblemáticas, por su belleza, es Dinant. Aunque es un lugar relativamente pequeño, bien merece la pena un paseo por él. Es toda una joya situada sobre el río Mossa y de ahí que se le denomine como ‘La hija del Mossa’. Además, cuando pensamos qué ver en Dinant hay que hacer referencia a que se trata de la cuna del saxofón, ya que su inventor era de este lugar.
Dinant despertará todos tus sentidos de una manera idílica. Por un lado el río que la acompaña y por otro, las montañas que también son el escenario perfecto para un lugar como éste. Apúntate al paso y descubre qué ver en Dinant, la ciudad de Bélgica que encontrarás en la provincia de Namur.
Qué ver en Dinant, un paseo por el río Mossa
Ya que es uno de los puntos principales del lugar, teníamos que darle el protagonismo que se merece. El río Mossa es un importante río europeo. Ya que durante la Edad Media se mantenían ciertos intercambios comerciales por esta vía. Se dice que el vino era la principal mercancía que se transportaba en dicha época y por esta vía. Aunque también sería la orfebrería la que contó con un amplio campo marítimo para su transporte. Pero también tuvo su cara más oscura, ya que fue testigo de ciertas invasiones así como rivalidades de tipo Europeo. Si quieres disfrutar de tu paseo al máximo, hay algunas compañías que justamente se ubican en su orilla y te llevan a hacer un breve recorrido por el río. Aunque para los más aventureros el alquiler de un kayak suele ser otra de las opciones.
Puente de Charles de Gaulle
Se trata de un puente que va recorriendo la ciudad. Pero lógicamente también tiene sus curiosidades que descubrir. Ya que más que nada se trata de un bonito homenaje al mundo del saxofón y de la música en general. Por eso, a cada paso, podremos ver cómo este instrumento nos acompaña a modo de estatuas de varios colores. Son un total de 28 saxofones que están dedicados a los países que forman la Unión Europea. Una gran originalidad que hará tu paseo mucho más ameno. Pero además de ello, también veremos cómo desde este puente las vistas que se aprecian son estupendas. Un gran reclamo para traerte las mejores fotos panorámicas de la ciudad.
Maison Sax, el museo del saxofón
Ya que lo hemos mencionado, también tenía que estar entre otro de los puntos principales cuando pensamos en qué ver en Dinant. Fue la casa del inventor del saxofón: Adolphe Sax. Quien, además de director de orquesta también era compositor, escritor y pedagogo, nacido en el 1814. Aquí disfrutarás de un recorrido con una escenografía de lo más original. Puedes visitarlo tanto en horario de mañana como de tarde y su entrada es gratuita. Podrás encontrar este museo tan peculiar en el numero 37 de la calle Sax, como no podía ser de otra manera.
La Colegiata de Notre Dame
Sin duda, uno de los grandes edificios que ver en Dinant. Se trataba de un templo romántico pero que ha sido reconstruido y de ahí, podamos disfrutar de su acabado gótico. Según parece, fue una gran roca la que se desprendió y se lo llevó por delante, de ahí su reconstrucción. Está coronado con una parte superior en forma de bulbo de cebolla, lo que es bastante característico y le aporta la originalidad y el buen gusto final a su estilo. Una vez dentro, disfrutarás de la luz con la que cuentan sus vidrieras. También las escenas de tipo bíblico es lo que ocupa un lugar como éste.
Rue Grande
Es la zona comercial de Dinant. Desde luego, que esta calle está de lo más visible, porque además de ciertos comercios, haremos una pausa en las pastelerías de la zona. ¿A quién le amarga un dulce?, pues vamos a darnos un capricho. Lo más típico de un lugar como éste son una especie de galletas pero que cuentan con un tamaño XXL. Se les llama ‘Couques’ de Dinant. Entre sus ingredientes la harina y la miel son los básicos. Su tradición data de la Edad Media, cuando había pocos recursos y aprovechaban los que tenían a mano para elaborar ricos manjares como estos.
Ayuntamiento de Dinant
Sin duda, otro de los puntos que te maravillarán. Encontrarás el llamado ‘Hotel de Ville’ y en Ayuntamiento del lugar. Las columnas y los detalles en relieve son los que marcan la diferencia en su fachada. Pero una vez que desviamos la vista ligeramente, nos encontramos justo enfrente una especie de fuente con un saxofón de cristal. Toda una obra de arte que bien merece que le dediquemos unos minutos.
La Ciudadela
A más de 100 metros de altura y en la parte alta de un peñón, se encuentra la llamada Ciudadela. Puedes acceder a ella de dos maneras diferentes. Para todos los que prefieren ir dando un gran paseo, tendrás que subir más o menos unos 400 peldaños. Pero claro, si no puedes o no quieres hacer el esfuerzo, no te preocupes porque siempre hay alternativas. En este caso, la segundas que tienes a tu disposición es ir en teleférico. Justo detrás de este lugar, lo encontrarás. La fortaleza ya no es la original, ya que fue reconstruida varias veces, pero aún así, sus raíces se remontan al siglo XIX. Una vez dentro de las murallas podrás ver lugares como el patio de armas, los calabozos o el puente. Allí también te encontrarás con un museo de historia.
Abadía de Nuestra Señora de Leffe
Data del siglo XII y se encuentra muy cerca de Dinant. Una zona de tradición que tampoco podíamos dejar escapar. Por lo que la cerveza belga Leffe es una de las más reconocidas del lugar y fuera del mismo. Su procedimiento de elaboración tiene muchos siglos a su espalda. Aunque ya no elabora la cerveza, no está de más la visita. En ella nos encontraremos con sus raíces, un gran patio y hasta una biblioteca.