Rusia tiene muchos monumentos históricos importantes, relacionados tanto con su pasado imperial y aristocrático como con su pasado soviético. Son atractivos turísticos en sí mismos, cada uno vinculado con una parte de la longeva historia de este país que ha sabido ser protagonista de la historia del siglo XX.
La Rusia de los zares dio paso a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y ella a la novel Federación Rusa. Si te gustan la historia y el arte, entonces hoy te proponemos un viaje a estos sitios y estructuras tan peculiares que hay en Rusia.
Los mejores monumentos históricos de Rusia
Rusia es un país realmente grande así que a la hora de pensar en edificios, estructuras o monumentos cuesta hacer una lista, pero pensando en los mejores, en los más importantes y los más llamativos, por una razón u otra, la lista se acorta y sobresalen los más maravillosos.
A mí siempre me ha llamado la atención la arquitectura y el arte soviético. De toda la vida, ya que mi infancia ha sido en los ’80 cuando los soviéticos se preocupaban mucho en mostrar al mundo su poderío y éxito de la mano de cosas enormes, monumentales, pero no lujosas como las que ostentaba el capitalismo.
El primer monumento histórico que subrayo es la Estatua de la Madre Patria. Se levanta en Volgogrado y es incluso más alta que la Estatua de la Libertad de Nueva York. No está sola, en realidad forma parte de un conjunto escultórico llamado Mamáyev Kurgán, que honra a quienes defendieron la ciudad de Stalingrado de las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Este conjunto escultórico ocupa 10 hectáreas a orillas del río Volga, sobre la colina de Mamaev.
Además de la Madre Patria están el Fuego Eterno y la Llama de la Gloria. La estatua que nos convoca hoy es la representación de la Madre Patria o de la Victoria. La construcción empezó en 1959 y terminó en 1967, siendo restaurada un par de veces hasta el día de hoy.
¿Cuáles son sus impresionantes medidas? Tiene 85 metros de alto y está construida con 2.400 toneladas de metal y 5.500 de hormigón. La espada que alza la estatua tiene 33 metros y pesa 14 toneladas. Originalmente era de acero inoxidable y titanio pero corría peligro por el viento así que en los años ’70 fue suplantada.
Si bien el hormigón de la estatua no es muy grueso, no más de 30 centímetros, la estatua en sí se sostiene por el esqueleto de alambres y cables internos. El conjunto se completa con un museo que exhibe distinto armamento soviético de la Segunda Guerra y el relato del sitio nazi sobre Stanlingrado. Es al día de hoy un sitio super popular que recibe miles de visitas cada año.
Siguiendo con las estatuas monumentales tenemos la del Obrero y koljosiana. Está en Moscú, en el Centro de Exposiciones de la ciudad, y data de fines de los años ’30. Tiene casi 25 metros de alto y es de acero inoxidable. Su autora es una mujer llamada Vera Mújina y sigue el estilo de realismo socialista. Hay un obrero con un martillo en alto y una mujer, la koljosiana u granjera de la granja colectiva, con la hoz. Martillo y hoz, nada más socialista soviético.
La escultura se hizo especialmente para la Exposición Internacional de París de 1937 y después decoró la entrada de un centro de exposiciones en Moscú por mucho tiempo más. Fue restaurada en 2003 y puesta en exhibición de nuevo en 2009. Hoy es más alta que en los años ’30.
También en Moscú está el Monumento a Karl Marx. Está en los pequeños jardines del lado sur de Teatralnaya Ploschad y fue descubierta en 1961. Es un bloque de granito gris y en el pedestal está escrito «Trabajadores del mundo uníos». Detrás hay una fuente. Pero, por supuesto, si hablamos de la capital rusa no podemos obviar el Kremlin de Moscú.
El Kremlin de Moscú es tal vez uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Es un conjunto de edificios civiles y religiosos que está en el centro de la ciudad y en total suma cuatro catedrales y cuatro palacios, más una muralla. Es un sitio para conocer, recorrer y admirar. Entre los edificios y palacios hay un par de monumentos para fotografiar: el Monumento a la Campaña del Zar y el Cañón del Zar.
El Cañón del Zar pesa casi 40 toneladas y mide 5.34 metros. Tiene un calibre de 890 milímetros, tal vez es el de mayor calibre del mundo. Parece que nunca fue utilizado, pero data del tiempo del Zar Fiodor U, el hijo de Iván IV. Tiene hermosos relieves y está dentro de las murallas del Kremlin, al lado justo de la campana más grande del mundo, Tsar Kólokol.
Es enorme, la campana más grande del mundo, encargada por la emperatriz Ana de Rusia, sobrina de Pedro el Grande. La campana del zar pesa 202 toneladas y tiene poco más de seis metros de alto. Es de bronce y data de la primera mitad del siglo XVIII.
Siguiendo con Moscú, en nuestra lista de monumentos históricos de Rusia está el Mausoleo de Lenin. La construcción se hizo en 1924, tras la muerte de Lenin, y allí dentro se expone su cuerpo embalsamado. Está en la Plaza Roja y el arquitecto fue Aleksei Schúsev. Es un edificio pequeño, de granito, y alguna vez contuvo también el cuerpo de Stalin. Ha estado abierto siempre, salvo en época de guerra, y hoy lo hace martes, miércoles, jueves y sábados. Las únicas cámaras son los ojos del visitantes pues está prohibido tomar fotografías.
También en la Plaza Roja está el Monumento a Minin y Pozharski, una estatua de bronce frente a la Catedral de San Basilio. Recuerda cómo el príncipe Dmitry Pozharsky y el comerciante Minin juntaron un ejército voluntario para expulsar a unas fuerzas mancomunadas de Polonia y Lituania, a comienzos del siglo XVII. Fue la primera estatua monumental del país.
Otro monumento en Moscú está en la Plaza Pushkin, el sitio donde por primera vez abrió una sucursal de McDonal’ds en Rusia. El Monumento a Pushkin es de 1880 y el mismo Fiodor Dostoyevski ayudó a recaudar fondos para su construcción. Es de bronce y el pedestal es de granito rojo. Pushkin fue un dramaturgo ruso, considerado el fundador de la literatura rusa moderna.
Si dejamos atrás Moscú y viajamos a la hermosa San Petersburgo encontraremos el Caballero de Bronce, una típica escultura ecuestre que recuerda al enamorado de esta ciudad, el zar Pedro el Grande. Es una estatua de bronce y hoy es símbolo de la ciudad. La estatua se yergue sobre una piedra, al Piedra de Trueno, según se dice la piedra más grande que ha sido movida por el hombre alguna vez. Es gigantesca y la trajeron desde el Golfo de Finlandia.
La estatua fue ordenada por Catalina la Grande, alemana de nacimiento pero que quería legitimarse como soberana rusa. Su construcción comenzó en 1775 y llevó doce años. La leyenda dice que mientras el Caballero de Bornce no se mueva de su lugar ningún enemigo tomará la ciudad.
Hasta aquí algunos de los más sobresalientes monumentos históricos de Rusia, Algunos de origen imperial, otros de origen soviético. Fieles reflejos de la historia del país.