La Basílica de Majencio en Roma

Las colosales ruinas de la Basílica de Majencio, conocida en su momento como Basílica Nova, aparecen majestuosas ante los ojos del visitante. Viendo sus proporciones es fácil imaginar que se tratara de uno de los edificios romanos más importantes de la época. Situada junto al Foro y la Vía Sacra, comenzó a construirse en el año 306 por orden del emperador Majencio, y se concluyeron las obras tan solo seis años después.

Hoy lo que podemos ver en sus ruinas son tres enormes arcos que pertenecen a la nave lateral del lado norte, además de los restos de los contrafuertes que servían de soporte a la nave central. A pesar de su nombre, este edificio se dedicaba a la administración de justicia y servía para organizar reuniones de los principales comerciantes de la zona.

Pero estas ruinas, a diferencia de otros edificios que encontramos en los alrededores, realmente sobrecogen. Estamos hablando de una nave central de ochenta metros de largo, 25 de ancho y 35 de alto. Imaginaros lo que pudo ser construir algo así en solo seis años y que gran parte de sus muros hayan podido resistir más de 17 siglos.

Curiosamente, a pesar de su grandeza, esta basílica no es de los monumentos que más se conocen en Roma. Tal vez por el hecho de estar fuera de la actual zona arqueológica del Foro Romano. Pero no mucho más, ya que se puede llegar hasta ella fácilmente a través de la Vía de los Foros Imperiales.

Un último detalle: si os acercáis hasta el Palazzo dei Conservatori, en su patio vais a poder ver los enormes restos de una colosal estatua dedicada a Constantino. En su forma completa tenía unos diez metros de altura, y se encontraba en el interior de la Basílica de Majencio. Como podéis comprobar aquí todo lo hicieron a lo grande…

Más información – Foro Romano, Vía de los Foros Imperiales

Imagen – Mercedes Italia


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