Brasil no es un país de poca extensión. Muy por el contrario, es uno de los países más amplios del continente y por ello entre tantas distancias es que sus culturas y tradiciones se diferencian entre sí. Y la gastronomía precisamente es una de las identidades más importantes e interesantes del país de la samba y el carnaval.
El debate es amplio y los turistas difícilmente lo advertirán, pero entre los brasileños la discusión sobre dónde se encuentra lo más representativo de la gastronomía local es el norte, abastecida de la inmigración europea, el continente africano y principalmente los inmigrantes portugueses.
Es allí, en el norte, en el que las comidas más típicas de los pueblos –no de las grandes cadenas hoteleras- se preparan con ingredientes como el azafrán brasileño Urucum, jambú, la pirarucu, yuca, castaña del Pará y la conocida guaraná.
De esos ingredientes es que se preparan platos como el Pato Tucupi o la Manicoba. Por ello, os recuerdo que en caso de disfrutar de vuestras vacaciones en el norte del país, en los restaurantes de lujo o de gran calidad no encontraremos los platos tradicionales.
En las pequeñas cantinas y bodegas, en sitios humildes y en casas de familía sí habréis de degustar la verdadera cocina de Brasil.