Si tienes pensado ir a trabajar a Australia o un poco de aventurero, medio turista, medio lanzado a pescar algún trabajo, te cuento que las cosas no van a estar muy bien económicamente hablando por aquí. No por la crisis mundial o por el crecimiento de la potencia china sino por la ola de desastres naturales que de un tiempo a esta parte viene asolando Australia.
Cualquier país vería su economía golpeada con todo lo que ha sufrido Australia los últimos meses, entre lluvias, inundaciones y ciclones. Las inundaciones dejaron bajo el agua a pueblos enteros, supusieron el traslado de mucha gente y muchas pérdidas en cultivos y minas. Después llegó, la semana pasada, el ciclón y otra vez los problemas y destrozos que ya suponen un colapso de 7 mil millones de dólares en la exportación de carbón y productos del agro. Esta sería la primera contracción económica del país desde 2008 pues a pesar de la crisis mundial venía esquivando el conflicto con soltura.
La idea del gobierno es presentar un impuesto extraordinario para recaudar 1800 millones de dólares en un año y de esa forma ayudar a pagar el arreglo de calles, puentes, puertos y trenes que fueron dañados por las aguas. La oposición, haciendo gala del nombre, se opone y quiere que ese dinero salga de las arcas estatales, es decir que reduzca el gasto público. ¡Otra vez la misma receta! El Estado no invierte, gasta, esa es la máxima del neoliberalismo…