Un viaje siempre ayuda a oxigenar cualquier rutina. A desconectar y conocer nuevo lugares gracias a la facilidad de conseguir un vuelo económico o destinos capaces de ofrecer los suficientes matices como para ser descubierto en apenas 2 o 3 días. Escenarios como estos siguientes destinos para una escapada de fin de semana que deberías añadir a tu lista de objetivos viajeros.
Marrakech (Marruecos)
La ciudad más importante de Marruecos es perfecta para ser descubierta durante 3 días de escapada gracias a la cercanía del vecino país magrebí (apenas 2 horas desde Madrid en avión) y la cantidad de sensaciones a experimentar entre sus calles y mezquitas. Desde los bazares que se concentran alrededor de Djema el Fnaa, una de las plazas más famosas del mundo, hasta el Palacio de la Bahía, sus palmerales legendarios o jardines como el Majorelle, a caballo entre lo chic y los exótico, o el más antiguo De la Menara, Marrakech se convierte en uno de los mejores destinos para una escapada de fin de semana. ¡Ah! Y no te olvides de una estancia en un típico riad del centro, ideal para completar cualquier escapada a este país digno de Las mil y una noches.
París (Francia)
La capital francesa es uno de esos destinos que visitar al menos una vez en la vida o al que, incluso, volver en más de una ocasión. A esperas de conocer el resultado final de una Notre Dame para la que ya se han convocado diferentes propuestas que restauren el tejado y aguja desaparecidos durante el incendio de abril de 2019, la ciudad del amor ofrece un mosaico de experiencias y lugares donde caben numerosos lugares y experiencias: ese esperado paseo por la Torre Eiffel (desde Trocadero, a ser posible), una travesía en barco a través del Sena, las compras de Campos Elíseos, el arte del Louvre o incluso el encanto de Belleville, el barrio hipster de esta ciudad que te incita a ver la vida desde un cristal colo de rosa.
Lisboa (Portugal)
La capital lusa se ha convertido en uno de los destinos más visitados de Europa durante los últimos años gracias a sus muchas atracciones y su condición de ciudad donde la decadencia se entremezcla con la bohemia y el encanto. Ideal por su proximidad a España, Lisboa se asoma a un Atlántico donde la desembocadura del río Tajo mece los fados que suspiran las tabernas de Alfama, el encanto monumental del Castillo de San Jorge o los tranvías que se abrazan a las calles de barrios como el mítico Belem. Por supuesto, si te sobra tiempo no puedes perder la oportunidad de acercarte a Sintra, donde el Palacio Da Pena nos transporta a un mundo de fantasía y color digno de cuento de hadas.
Lanzarote
Aunque sean más de 2200 los kilómetros que separan la isla más árida de las Canarias y Madrid, lo cierto es que un vuelo de apenas 2 horas y media es suficiente para escaparse a este lugar mágico y enigmático. Reparte tus 3 días entre playas como Papagayo, una de las más famosas, para enlazar con el ambiente del Puerto del Carmen o una cata de vino malvasía en La Geria, ese fascinante ejemplo de etnoturismo enclavado entre tierras volcánicas. Completa la experiencia con una visita al Parque de Timanfaya, las obras de César Manrique repartidas por el norte como los Jameos del Agua o el Mirador del Río y, si aún te queda tiempo, La Graciosa, nombrada recientemente como octava isla oficial de las islas Afortunadas.
Córdoba
La capital con mayor número de patrimonios Unesco de España es recomendable de visitar en cualquier momento del año, si bien la primavera es la estación más fascinante a la hora de conocer una ciudad donde su famoso Festival de los Patios o las Cruces de Mayo visten de colores y duende sus barrios blancos. Continúa explorando un centro histórico que gira en torno a su gran mezquita y el puente romano para culminar en la antigua ciudad palaciega de Medina Azahara, también nombrada Patrimonio de la Unesco recientemente. Puro encanto andaluz.
Madrid
La capital de España siempre es un buen lugar al que volver, especialmente cuando las conexiones en tren son cada vez más eficaces. Ideal para pasearla, disfrutar de sus musicales o tumbarse en El Retiro, en Madrid eclosiona una fiebre artística tejida, principalmente, entre los museos del Prado, el Thyssen y el Reina Sofía, gigantes ideales para iniciar una visita que continúa a través del multicultural barrio de Lavapiés, el hipsterismo de Malasaña, la elegancia del Barrio de las Letras o las tapas de La Latina. Por supuesto, un atardecer en el templo de Debod es imperdible.
Altea
Famosa por sus playas y clima cálido, la provincia de Alicante regala, especialmente, un trío de localidades ideales para disfrutar de un fin de semana sin tener que recorrer largas distancias entre destino y destino. Plántate en Altea, posiblemente uno de los pueblos más bonitos de España, y disfruta de sus mercadillos hippies y callejuelas blancas antes de acercarte a Calpe, donde su famoso Peñón de Ifach regala una de las estampas más famosas del Mediterráneo. Por último, admira los rascacielos de esa rareza urbanita llamada Benidorm donde modernidad, fiesta y playas conforman el combo perfecto.
San Sebastián
De todas las playas urbanas de España, la de La Concha es sin duda la más bonita. Bucólica y azul, esta ensenada abriga una ciudad de San Sebastián donde su arquitectura modernista y art noveau se entremezclan con lugares como la Catedral del Buen Pastor, un casco antiguo exquisito o las vistas desde un Monte Igueldo que te permitirán tener Donostia en la palma de tu mano. Por supuesto, irse de San Sebastián sin probar sus deliciosos pintxos debería ser delito, por lo que invierte todo el tiempo que necesites en disfrutar de una gastronomía vasca que encuentra aquí uno de los exponentes.
Ideales para visitar durante 2 o 3 días, estos destinos para una escapada de fin de semana se convierten en opciones de lo más abordables a la hora de romper con la rutina.
¿Con cuál de estos lugares te quedas?