Girona

Vista de Girona

Girona

Girona es una de esas ciudades grandes como para tener muchos lugares interesantes pero también pequeñas como para que puedas conocerlas en una visita. Con un pasado que se remonta a época romana y una historia que incluye su integración en el Imperio Carolingio o el famoso sitio durante la Guerra de la Independencia, Girona está llena de atractivos.

Identificarás fácilmente su casco histórico o Barri Vell porque esta delimitado por las antiguas murallas medievales. Junto al Call o ciudadela judía, te transportará a la Girona medieval. Si a estos añades las casas colgadas sobre el río Oñar, un rico patrimonio en arquitectura modernista y novecentista y, por supuesto, la imponente catedral gótica, descubrirás que Girona es una ciudad maravillosa. Si quieres conocerla, te invitamos a seguirnos.

Qué ver y qué hacer en Girona

Transitando por las calles de la ciudad catalana podrás recorrer sus dos mil años de historia y sentirte transportado a la época romana, a la Carolingia o al momento del más exuberante barroco. Vamos a conocerla.

La Muralla

Es una fortificación que incluye partes en sillería de época romana junto a otras carolingias (siglo IX) y del bajo Medievo (siglos XIV y XV). Puedes transitar por ella a través del camino de ronda y en su interior hallarás algunos de los mejores tesoros de Girona.

La catedral de Santa María

Es un magnífico templo cuya edificación duró seis siglos, desde el XI al XVII. Por ello, incluye estilos como el románico; el gótico, que es el predominante, y el barroco. Al primero pertenece su claustro, al segundo su gran nave única, la más ancha del mundo (23 metros) tras la de la basílica de San Pedro del Vaticano, y al tercero la preciosa fachada principal, precedida de una no menos impresionante escalinata.

Dentro destacan sus preciosas vidrieras y la Capilla Mayor, que está ubicada en el presbiterio y que cuenta con un extraordinario retablo del siglo XIV recubierto de orfebrería en plata. Finalmente, puedes visitar el Museo Tesoro de la Catedral, con piezas tan valiosas como el Tapiz de la Creación, del siglo XII, y el retablo de Santa Helena, una joya renacentista.

Catedral de Santa María

Catedral de Santa María de Girona

El Call, barrio judío de Girona

También ubicado dentro del perímetro de la Força Vella, nombre que reciben las murallas primitivas de Girona, está el barrio judío de la ciudad, que es uno de los mejor conservados del mundo. Lo conforma un laberinto de calles estrechas y empedradas que se comunican mediante soportales. En su interior puedes visitar el Centro Bonastruc Ca Porta, que se cree fue la antigua sinagoga y hoy alberga un museo sobre la historia de ese pueblo.

Los baños árabes

Sin salir del casco antiguo, puedes visitar los baños árabes, que se hallan en el Paseo Arqueológico, junto a las torres Julia y Cornelia. Pese a su nombre, son una construcción cristiana del siglo XII y estilo románico, aunque imitaban los baños musulmanes. Destaca en ella su linterna superior acabada en una cúpula.

Otros templos de Girona

También te aconsejamos que veas en la ciudad catalana la basílica de Sant Feliú, que fue primera catedral. Tiene aspecto de castillo y también combina un cabecero románico con naves del gótico y fachada barroca. Pero, sobre todo, destaca su esbelta torre del campanario.

Igualmente, debes visitar el monasterio benedictino de San Pere de Galligants y la capilla de Sant Nicolau, que forman uno de los conjuntos románicos más importantes de toda España. Además, el primero alberga hoy el Museo de Arqueología de Cataluña, con piezas que van desde la antigua Empúries hasta el Medievo.

La capilla de Sant Nicolau

Capilla de Sant Nicolau

Sant Martí Sacosta

Si se conserva un rincón medieval casi intacto en Girona es este. Lo enmarca la iglesia de Sant Martí con su fachada y escaleras barrocas, y lo complementa la Casa-Palacio Agullana, que cubre el acceso con un peculiar arco oblicuo.

El complejo de Sant Domènec y Les Aligues

El antiguo convento de Sant Domènec fue edificado entre los siglos XIII y XV. Ostenta el reconocimiento de haber sido una de las primeras construcciones góticas de Cataluña y destaca en él su hermoso claustro. Por su parte, del edificio de Les Àligues, la antigua universidad, solo se conserva la fachada, que es renacentista.

Las plazas de Girona

La ciudad catalana tiene dos plazas históricas que sobresalen entre sus espacios urbanos. Una es la del Vi, con soportales corridos y delimitada por el Palacio del General, una construcción gótico-renacentista, el Teatro Municipal y el Ayuntamiento.

Y la otra, la plaza de la Independencia, del siglo XIX. La configura un espacio porticado de raigambre neoclásica y en su centro hay un monumento en honor a los defensores de la ciudad en la Guerra de la Independencia contra los franceses. Si además quieres comer, en ella tienes numerosos restaurantes.

La Rambla de la Libertad

Junto a la plaza anterior, ha sido punto de encuentro de los gerundenses desde tiempos medievales. Cuenta con una parte porticada justamente de la Edad Media y con un paseo de tilos con bancos que es posterior, concretamente del siglo XIX.

La plaza de la Independencia

Plaza de la Independencia

Las casas del Oñar, otro símbolo de Girona

Verdaderamente típicas de la ciudad catalana son estas construcciones que parecen colgadas sobre el río del mismo nombre y que están pintadas en vivos colores. Destaca entre ellas la Casa Masó, que perteneció al arquitecto Rafael Masó y que es uno de los emblemas del novecentismo en la localidad. Actualmente, alberga la fundación dedicada a quien fue su propietario y un museo. Pero ello nos lleva a hablarte de ese movimiento arquitectónico en Girona.

Arquitectura novecentista y modernista

Porque no es, ni mucho menos, esa construcción la única que responde al novecentismo y al modernismo en la ciudad. Paseando por sus calles te encontrarás con edificios de viviendas como las casas Gispert Saüch, Franquesa, Furest, Noguera, Norat o Rigau.

Y, además, con muestras de arquitectura industrial como el de Destilerías Regas y el de la Harinera Teixidor, debido al propio Rafael Masó y que es realmente precioso. Igualmente interesante es el edificio de Correos, obra de Eusebi Bona y Enric Catá, con su preciosa cúpula revestida de azulejo valenciano.

Los puentes sobre el río Oñar

Para salvar el río que cruza Girona hay varios puentes aunque dos sobresalen por su valor artístico. El primero es el Puente de Piedra o de Isabel II, construido en 1856 con piedra gerundense en la que aún hoy puedes ver restos fósiles de nummulites, unos protozoos de hace más de cuarenta millones de años.

Y el otro es el Puente de Hierro o de Eiffel, por haber sido construido por la empresa del ingeniero parisino en 1877. Como habrás adivinado, el material de esta edificación fue el hierro. Algo menos de valor arquitectónico tienen el Puente Gómez, de hormigón armado, un solo arco y construido en 1916, y el Puente de Sant Feliú, que conecta el centro histórico con el ensanche de la ciudad y fue construido en 1995.

El Puente de Piedra

Puente de Piedra

Los museos

La capital gerundense posee varios museos. Ya te hemos hablado de algunos como el Arqueológico, el de Casa Masó, el de Historia de los Judíos y el Tesoro de Girona. Además te recomendamos que visites el de Historia de la Ciudad, instalado en el antiguo convento de los capuchinos, un precioso edificio del siglo XVIII, y el de Arte, con obras que abarcan desde el románico hasta la actualidad.

Pero el más curioso de todos ellos es el del Cine, único en su género y que muestra piezas de la colección donada por el director Tomás Mallol i Deulofeu. Se trata de cámaras de proyección, bobinas, carteles y otros instrumentos.

Alrededores y cercanías de Girona

La ciudad catalana cuenta con un entorno privilegiado. Por una parte, se halla en la confluencia de cuatro ríos y concretamente en el Ter puedes hacer navegación en kayak y también descenso de barrancos.

Por otra, posee varias rutas naturales para que las recorras en bicicleta o a pie. Entre ellas, te mencionaremos la de Anella Verde, con apenas novecientos metros y que va desde la llanura de Campdorà hasta el río Oñar. También la que transita por el valle de Sant Daniel, que termina al pie del macizo de Les Gavarres; la del monte Sant Miquel, que recorre justamente esa estribación montañosa, o la de Galligants, que sube hasta el Fuerte del Calvario.

Además, no podemos dejar de mencionarte que en la provincia de Girona está la preciosa Costa Brava, uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. Cuenta con pueblos espectaculares como Cadaqués, con su aspecto de villa de pescadores; Lloret de Mar, con sus magníficas playas; Tossa de Mar, con su impresionante castillo, o San Feliú de Guixols, con su monasterio románico. Y también con los paisajes maravillosos de los Caminos de Ronda.

Macizo de Les Gavarres

Les Gavarres

Cuándo es mejor ir a Girona

La ciudad catalana presenta un clima mediterráneo. Los inviernos son frescos aunque no demasiado fríos pues las temperaturas medias rondan los seis grados centígrados. Por su parte, los veranos son calurosos, con medias en torno a los treinta grados en julio y agosto.

En cuanto a las precipitaciones, son relativamente abundantes, sobre todo en los meses más fríos y en otoño. Por todo ello, quizá la mejor época para visitar Girona sea la primavera. No obstante, si lo prefieres, puedes ir en otoño, estación que además coincide con las fiestas patronales. Son las de San Narciso y, por tanto, se celebran en torno al veintinueve de octubre.

Cómo llegar a la ciudad catalana

El aeropuerto de Girona se halla a doce kilómetros de la localidad y recibe vuelos de todo el mundo. De hecho, es la base de operaciones para el sur de Europa de la compañía Ryanair. También puedes llegar por ferrocarril ya que una de las líneas de alta velocidad tiene parada en Girona.

Si prefieres viajar en tu propio coche, las carreteras que te llevan a la localidad catalana son la AP-7, que comunica el Levante español con Francia, y la A-2, que transita por el municipio a través del valle de San Daniel.

Una vez en la ciudad, puedes moverte en autobús urbano, que cuenta con varias líneas. O, si te sientes en forma, en Girocleta, que es el servicio de alquiler de bicicletas del Ayuntamiento y que cuenta con doce estaciones de recogida repartidas a lo largo de los barrios de la localidad.

Qué comer en Girona

Finalmente, te hablaremos de la gastronomía gerundense. Porque no solo de monumentos y rutas naturales debe constar un viaje. También la comida es una manera de conocer una ciudad.

La provincia de Girona cuenta con una excelente materia prima culinaria. Destacan el fuet, los nabos negros y las setas, el paltruc (una especie de morcilla) o la butifarra dulce.

La Harinera Teixidor

Edificio de la antigua Harinera Teixidor

En cuanto a los platos típicos, debes probar las sopas de menta, de harina y de farigola o tomillo. También los asados de cordero en costellades, los caracoles a la patarrallada, el pato con coles o la liebre con castañas. Respecto al pescado, te aconsejamos el bacalao o las truchas a la piedra. Pero no dejes de probar la anxovada, que es una deliciosa salsa de anchoas.

Y, de repostería, los xuxos son los dulces por excelencia. Se trata de pasteles rellenos de crema y con azúcar por encima. Incluso cuentan con su propia leyenda. El Tarlá era un acróbata que entretenía a los gerundenses y que se enamoró de la hija de un pastelero de la ciudad. Mientras la visitaba, llegó este y, para no ser descubierto, se escondió en un saco de harina. Esta le provocó un estornudo que sonó «xuxú». Entonces lo halló el pastelero y el joven le prometió casarse con su hija y darle la receta de un pastel al que, en recuerdo del estornudo, llamaron xuxo.

En conclusión, como has visto, Girona tiene mucho que ofrecerte. Destaca su enorme patrimonio monumental, pero también su precioso entorno paisajístico y su excelente gastronomía. Por si ello fuera poco, en apenas unos kilómetros hallarás la exuberante Costa Brava. ¿No te parecen motivos suficientes para visitar Girona?


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