ⒸAlessio Maffeis.
Alrededor del mundo existen innumerables pueblos donde el color es el protagonista: casas en tonos pasteles, de una sola tonalidad o inundadas de arte urbano entre las que perderse a fin de tomar la mejor fotografía de Instagram. Sin embargo, pocos se comparan a Cinque Terre, o el paraíso multicolor que se asoma a la mar de Liguria, en Italia, a través de cinco pueblos irresistibles.
Introducción a Cinque Terre
A menudo, hemos visto en Internet la imagen de un típico pueblo italiano asomado al mar e invadido de colores al que acompaña el nombre de Cinque Terre. Sin embargo, este pueblo suele tratarse de Manarola, el más famoso de los cinco rincones que conforman estas Cinco Tierras ubicadas en la provincia de La Spezia, al norte de Italia y bañadas por el mar de Liguria.
Cinco pueblos que responden al nombre de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Romaggiore y cuya historia data del siglo XI. Dadas las características orográficas de esta zona, la también conocida como riviera ligure, los primeros núcleos conocidos, Monterosso y Bernazza, desplegaron una actividad agrícola en las diferentes «terrazas» formadas en las montañas a pesar de los constantes ataques por parte de unos turcos que obligaron a los lugareños a erigir diferentes fortalezas y torres de control.
Ya en el siglo XIX, la construcción de una línea de tren entre los diferentes pueblos y la ciudad de Génova permitió atraer a numerosos curiosos a pesar del abandono de actividades agrícolas típicas que hoy bien se encuentran en proceso de recuperación.
De esta forma, el mapa de colores de Cinque Terre, designado parque natural, se divide entre cinco pueblos deliciosos donde pasear entre sus calles, iniciar rutas de trekking o inspirar su encanto mediterráneo típico.
Los pueblos de Cinque Terre
A fin de poder organizar lo mejor posible tu visita a Cinque Terre, a continuación exploramos, uno a uno, los pueblos que conforman esta curiosa zona y que puedes recorrer enlazando autobuses a través de la recomendable Cinque Terre Card.
Monterosso
Oficialmente Monterosso al Mare, este pueblo es el más occidental y el más poblado de Cinque Terre, contando con infinidad de servicios, restaurantes y hoteles. Si además, buscas disfrutar de algunas de la mejores playas de la costa norte de Italia, aquí encontrarás algunas de las ensenadas más bonitas de la zona.
En lo que respecto a sus atracciones más famosas, Monterosso cuenta con la Iglesia de San Juán Bautista, ubicada en el casco antiguo y conformado por diferentes capillas del siglo XIV, además de la casa del Premio Nobel de Literatura Eugenio Montale o la estatua Il Gigante, que representa al dio Neptuno y que fue erigida en 1910.
Vernazza
El segundo pueblo más occidental por detrás de Monterosso es Vernazza, ubicado sobre un curioso risco abrazado por el mar donde podrás disfrutar del ambiente marinero más exquisito de Cinque Terre.
Entre las atracciones que puedes visitar en Vernazza encontramos la Iglesia de Santa Margarita de Antioquia, construida en el siglo XIV en estilo gótico; sus viñedos y olivares, los cuales proveen a la zona de uno los mejores aceites de Italia; o un casco histórico de casitas de colores y sombrillas a juego donde tomar un aperitivo con las mejores vistas.
Corniglia
El pueblo central de Cinque Terre es el más pequeño de los cinco, pero no por ello menos fascinante. A pesar de no contar con acceso directo al mar, Corniglia ofrece un ambiente sosegado y tranquilo además de lugares con encanto como la Iglesia de Santa Caterina y la Parroquia de San Pedro. Como curiosidad, a la hora de acceder al mismo puedes optar por subir los 377 escalones de la vía Lardavina, o bien tomar un autobús turístico que te conecte con el pueblo.
Manarola
Y llegamos al pueblo que tantas veces has visto en Internet y redes sociales. Favorecido por un perfil de casas de colores asomado al mar, Manarola conforma el gran atractivo durante cualquier recorrido a través de Cinque Terre gracias a sus míticas casas en tonos pastel. Las mismas a las que el poeta Lino Crovara ya describiese «como una colmena en la roca, un nido de gaviotas sobre las olas, un pueblo donde el leve susurro de las olas acaricias las orejas atentas del alma».
Un poético laberinto donde, paradójicamente, el pueblo es la atracción en sí misma. Así que disfruta del aroma de sus calles, el ambiente costumbrista o los manjares que ofrecen sus famosas focaccerias antes de alcanzar el último pueblo de la ruta.
Riomaggiore
El más oriental de los pueblos de Cinque Terre es también conocido por sus casas de de colores, si bien es un lugar más tranquilo que los dos anteriores.
Entre sus atractivos destacan la Iglesia de San Juán Bautista, construida en 1340; el Castillo de Riomaggiore, en lo más alto de pueblo desde su construcción en el siglo XIII; o un puerto de barquitas de colores que invitan a sentarse en una terraza y ver la vida pasar tomando el mejor marisco.
Cinque Terre y la masificación
Cinque Terre se conforma de diferentes pueblos que, en ocasiones, no son capaces de albergar los casi 2.5 millones de visitantes que recibió en 2015.
Este fue el principal motivo que llevó al patronato de turismo local a limitar el aforo del parque natural de Cinque Terre a 1.5 millones de turistas desde 2016, especialmente cuando se trata de proteger este Patrimonio de la Humanidad por la Unesco donde su ambiente local se resiente ante las olas de turistas. Y es que, tal y como sugirió el presidente del parque, Vittorio Alessando «puede parecer una medida excéntrica, incluso cuando la tendencia consiste en aumentar el turismo, pero para nosotros se trata de una cuestión de supervivencia».
Una regulación de lo más recomendable que incita a disfrutar de un viaje sosegado, en el que cada detalle cuenta.
Si buscas conocer uno de los rincones más pintorescos de Italia, reserva una semana desde Génova para perderte por este paraíso del color y la historia en el que querrás quedarte para siempre.
¿Te gustaría visitar Cinque Terre?