La belleza de las islas y el atractivo de ellas debe ser que, justamente, se encuentran rodeadas del mar y de un aura especial. Y la Isla de Capri se ajusta particularmente a estos atractivos, pues se encuentra en medio del Mar Mediterráneo, al sur del golfo de Nápoles, y es una zona que es bella por donde se la mire. Ya desde la Antigüedad, esta región era más conocida como territorio de descanso o relajación.
La Isla de Capri es un destino ideal para disfrutar de los placeres del Mediterráneo y conocer su tan famosa Gruta Azul, una de sus bellezas naturales que es visitada por turistas de todas partes del mundo. Se trata de una cueva que sólo puede accederse a ella a través del mar y por el que se filtran rayos de sol que iluminan el agua por dentro y le provocan un color azul turquesa muy intenso. El espectáculo es muy hermoso.
Para conocer la gruta, se hacen visitas en pequeñas embarcaciones de madera hasta su interior. Las costas de la isla son un perfecto cuadro donde se ven montañas, sus edificaciones antiguas sobre la costa y cientos de embarcaciones listas para recorrer el Mediterráneo.
No por nada, Capri se transformó en la década del ’50 en uno de los destinos más visitados por las celebridades. Hoy, la piazzetta central de Capri, es un casco histórico lleno de lujo, restaurante muy caro y paparazzis a la espeta de una buena foto.
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