La columna de Trajano la podemos encontrar en Roma. Como bien sabemos, se trata de un monumento conmemorativo. Lo cierto es que cuando visitamos la zona donde está ubicada, nos lleva a pensar en otra civilización, en numerosas historias y también leyendas que no podemos dejar de imaginar.
Pues es que realmente la columna de Trajano tiene mucho más que el ser un simple monumento. De ahí que hoy hayamos querido acercártela un poco más, para que puedas descubrir en primera persona todo lo que tiene para ofrecernos. ¡Vamos a echar la vista atrás en el tiempo!
¿Dónde se encuentra la columna de Trajano?
Hay que decir que la columna de Trajano se terminó en el año 113 y que fue levantada por orden de Trajano. Un emperador que desde el año 98 y hasta su muerte en el año 117 gobernó Roma, llevándola a lo más alto. Es decir, que con él contó con un período de esplendor. Ya que se le asignan la construcción de grandes edificios públicos.
En este caso, su monumento principal fue construido en el Foro de Trajano, que se levantó gracias a un botín de guerra. Que como su nombre indica, también fue otra de sus construcciones más conocidas. Es uno de los lugares más grandes de Roma, ya que cuenta con la plaza, la Basílica Ulpía, así como la columna y también el Templo de Trajano. Este lugar está muy cerca del conocido Quirinal. Que no es otro sino un monte o colina, homenaje al Dios Quirino.
Su historia
Estamos ante una columna que cuenta con más de 30 metros de altura y sin contar su pedestal. Por lo que estamos hablando de uno de los grandes puntos de Roma. Pero eso no es todo, sino que esconde una larga historia contada en forma de relieve. Ya que la columna no lleva un acabado liso, sino todo lo contrario. En ella se conmemora las victorias de Trajano. Está compuesta por un total de 18 bloques de mármol. Con un peso de 40 toneladas, cada uno de ellos.
En un primer momento, fue coronada por una estatua de un ave. Tiempo después, se colocó una del propio emperador. Aunque el Papa Sixto V, mandó colocar una estatua de San Pedro. De ahí que todo esto forme parte de su historia. Claro que ha sido el propio emperador quien quiso hacer una especie de narración de cada una de sus batallas contra los dacios. Es por ello que si estamos frente a la columna, se nos presenta toda su historia de una manera muy minuciosa y a tener en cuenta.
El significado de sus relieves
Como estamos comentando, no se trata de un simple monumento, que puede tener más o menos importancia. La columna de Trajano la tiene y mucho. No solo por ser uno de los que todavía se mantiene en pie y en buen estado, sino por todo lo que tiene para contar. Entre sus relieve podemos ver numerosas piezas que forman parte de una vida y una historia bien narrada. Concretamente, se narran dos victorias contra los dacios. La primera de ellas está en la mitad inferior, mientras que la segunda, en la superior.
Para separar una de otra, se puede observar la personificación de Niké, la victoria. Entre todas las escenas que tenemos representadas, también hay algunas que muestran una parte metafórica. Se puede ver cómo era la vida en el campamento, cómo construyeron el acueducto o bien cómo asaltaban una ciudad. Por ejemplo, Trajano aparece 59 veces tallado de una manera muy realista. Lo cierto es que todo ello tiene un importante valor cultural. Ya que es una manera de acercarnos más al ejército, a los soldados y también a sus armas o modo de actuar.
La inscripción en el pedestal
En la parte del pedestal hay también una inscripción, la cual viene a decir algo así como una explicación de que la columna es tan alta como el monte que había en su lugar. Lo bueno de esta inscripción romana es que está hecha en letras mayúsculas y cuadradas. Un estilo que tan solo se solía usar en la epigrafía. Eran letras geométricas, es decir, que contaban con formas geométricas como puede ser el cuadrado o el círculo. Se suelen leer desde la parte inferior, por este motivo, las letras inferiores son de un tamaño más reducido.
Interior de la columna de Trajano
Es cierto que en este caso, no se trata como otros monumentos que nos encontramos en Roma. Alguno de los cuales, por un módico precio podemos entrar y dejarnos llevar por sus interiores únicos. En este caso, hay que decir que tiene un interior hueco, en el que hay una escalera de caracol, con unos 185 peldaños. Esta lleva a la parte más alta de la construcción. Desde la cual se puede obtener unas vistas inmejorables. Pero hay que decir que para ello, hay que obtener una especie de permiso que no suele ser concedido así como así. Por lo que nos vamos a quedar con las ganas y a seguir disfrutando con sus relieves.